Chimbote: En la ciudad sitiada... (2000)

(Esta nota fue publicada en la Revista Ideele N° 128/junio 2000. Cobra vigencia ahora  5 de abril, que recordamos el inicio de la última barbarie ocurrida en nuestro país. Chimbote cumplió su papel en la historia)
(Por: Guillermo Martinez Pinillos)
 
Miércoles 31 de mayo

"Es cierto que Fujimori acabó con el terrorismo, pero, no sé, parece que él mismo está haciendo terrorismo ahora", me dice un transeúnte con quien atravesamos cautelosos el cordón militar que restringe el paso a la Plaza de Armas de Chimbote. "En el año 73, durante la dictadura, también hubo, así como hoy, tanques y militares en las calles, pero entonces había toque de queda, estado de sitio, eso...", dice finalmente el ocasional compañero de camino antes de despedirnos.

Desde donde me encuentro puedo observar el cambio de guardia de las fuerzas del orden en la Plaza de Armas. Hay 250 comandos anfibios de la Infantería de Marina y 200 efectivos policiales de disciplina especiales. Cuarenta tanques anfibios y un centenar de transportes diversos completan el material que arribó a Chimbote la madrugada del sábado 27 de mayo, víspera de la segunda vuelta electoral.

Recuento

Aquel mismo sábado, quienes vivimos en Chimbote ya habíamos sido sorprendidos con un inusual despliegue de fuerzas en horas de la tarde. Ante una pacífica manifestación convocada por el Frente de Defensa y Desarrollo de la Provincia del Santa, que se pronunciaba contra la realización de la segunda vuelta y exhortaba a los electores a viciar su voto o a no acudir al acto electoral, 100 efectivos policiales que se desplazaban al borde de la manifestación bloquearon el paso y los dispersaron con gas lacrimógeno. Entonces el propio coronel Julio Verne, del alto mando de la Policía local, se encontraba al frente de la sorpresiva represión.

El Frente volvió a reunir a sus integrantes en la puerta del local de Perú Posible (que también forma parte de él) y hasta ahí llegó una vez más la policía disparando gas lacrimógeno. Aquel día la tensión se prolongó hasta la noche. Aún al promediar las 10 p.m., cuando la calle suele estar solitaria, podía verse gente a la expectativa, atenta para reagruparse.

Domingo vivo

"¡Vivo, vivo!", exclamaban los responsables del contingente de comandos de la Infantería de Marina al ordenar las tropas alrededor de la Plaza de Armas, mientras se cerraba el proceso electoral. Infantes de Marina y comandos del Batallón Anfibio, sobre tanques y fuertemente armados, habían tomado la Plaza de Armas de Chimbote previniendo cualquier intento de los ciudadanos por agruparse.

Quienes sufragaban en los centros de votación del casco urbano de Chimbote permanecieron en aquel lugar. La convocatoria era a las 4 p.m. en la Plaza 28 de Julio. Poco a poco fue aumentando la cantidad de gente que a paso lento se empezó a ubicar en la intersección de las avenidas Gálvez y José Pardo, principales arterias de la ciudad, a pocos metros del local del Partido Aprista Peruano, ya abierto y con altavoces encendidos.

A las 5 de la tarde se ordenó la multitud (400 personas aproximadamente) y, con la banderola del Frente de Defensa, se emprendió la marcha por el jirón Manuel Ruiz hasta la altura de Olaya para luego tomar la avenida Gálvez. Se había detenido ya el tráfico en Chimbote cuando los manifestantes reingresaron a la avenida Pardo, de manera que lograron avanzar apenas hasta la sexta cuadra. Entonces empezó la represión.

Una masa completamente desorganizada fue disuelta en distintas direcciones. Una gran cantidad de proyectiles conteniendo gas lacrimógeno fueron disparados "a quemarropa".

Media hora después, reagrupada la multitud en José Gálvez y Pardo, el recuento de los daños no se hizo esperar. La habían emprendido contra los cristales del Banco de Crédito y sus cabinas de cajeros automáticos. De igual modo, habían sido destrozados los ventanales de la oficina de Telefónica del Perú, y cabinas telefónicas de casi toda la ciudad habían cedido a la fuerza de la enardecida muchedumbre. La misma suerte corrieron los cristales de la Caja Municipal del Santa, que quedaron completamente rotos.

Un helicóptero sobrevolaba las zonas donde se reagrupaba la gente, y allí acudía la policía con gas lacrimógeno. Todo Chimbote se encontraba paralizado y el ambiente cargado de gas lacrimógeno.

Además de los daños materiales ya citados, el saldo de este día fueron cinco heridos, entre ellos una niña de seis meses de nacida y un joven estudiante con el maxilar destrozado a consecuencia del impacto de un proyectil de gas lacrimógeno disparado por la policía. Según trascendió en medios de prensa local, la jornada dejó más de un centenar de detenidos.

Días siguientes

El día lunes, luego de una manifestación promovida por el APRA y con presencia de la Defensoría del Pueblo, se produjo otra agresión contra los manifestantes, a quienes se les arrojaron más de 100 bombas lacrimógenas en dos cuadras. Además, se detuvo a un numeroso grupo de jóvenes, en su mayoría estudiantes universitarios. Yolanda Falcón Lizaraso, representante del Defensor del Pueblo en nuestra localidad, criticó el clima de tensión casi bélica que se vivía en la ciudad por la presencia de las Fuerzas Armadas.

"No me explico la presencia de tanta fuerza, si Chimbote no se ha declarado en emergencia", manifestó la doctora Falcón, explicando que no es correcto que se vulnere el derecho de expresarse políticamente y de transitar libremente por espacios públicos de la ciudad que se encuentran intervenidos.

El lunes la doctora Falcón demandó a las autoridades policiales el inmediato cese del uso de la fuerza. Más tarde, sin embargo, fue testigo de actos de provocación cometidos por las fuerzas del orden contra los manifestantes. Chimbote vivió nuevamente momentos de violenta tensión en sus calles.

Es importante resaltar la presencia del Foro Democrático. Dirigentes locales de esta institución hicieron llegar, con fecha 30 de mayo, una carta al jefe de la Policía de la localidad para expresar su preocupación y extrañeza por la presencia de las Furzas Armadas. Por su parte, el vicedecano del Colegio de Abogados del Santa, doctor Luis Carrera Contti, demandó la intervención del Ministerio Público para que exija el retiro de las tropas. El Ministerio Público afirmó finalmente que no era de su competencia tal cometido.

Como hecho pintoresco, se registró un desafortunado incidente. El fiscal, doctor Lorenzo Javier Melgarejo, fue impedido de ingresar al propio local del Ministerio Público. El hecho fue registrado por el fiscal superior de Gobierno, doctor Zadí Anaya Castro. Mientras tanto, el jefe de la Policía de Chimbote manifestó que todo había sido una lamentable equivocación, producto de que los custodios no conocen a las autoridades locales (¿?).

Novedoso

Realmente novedoso y espectacular resulta para los chimbotanos observar el desplazamiento de numeroso contingente policial y militar. Durante el día se patrulla la ciudad y por la noche se monta guardia en las cercanías y en el propio perímetro de la Plaza de Armas. Seguramente si no se hubiera visto un despliegue tan impresionante, los incidentes de violencia hubieran sido mínimos. La propia representante de la Defensoría del Pueblo comprobó que las fuerzas del orden ejercían una actitud provocadora reprimiendo de manera injusta.

Seguramente también habrá responsabilidades difíciles de eludir. En los medios de prensa local constan las declaraciones del subprefecto de la provincia. Manuel Torres Vásquez asegura que manifestaciones como las que se realizaron en Chimbote y en todo el país constituyen actos de desafío a la autoridad, y que las Fuerzas Armadas y Policiales están facultadas para reprimir. Además, el subprefecto afirmó que su despacho no había recibido ninguna solicitud ni remitido ninguna autorización para realizar manifestaciones públicas y que, por lo tanto, las movilizaciones eran ilegales (¿?).

Preguntas

En Chimbote están ocurriendo tal vez cosas que el simple ojo del periodista no alcanza a ver. Lo que podemos resaltar es lo novedoso –pero a la vez lamentable– que ha resultado todo este proceso. Es decir, el proceso de agravamiento de la situación violenta. ¿Se merecía Chimbote tanta presencia armada? ¿Qué méritos habían acumulado los chimbotanos para ser víctimas del amedrentamiento?

Cabe la posibilidad de que no fueran los chimbotanos. Podría ser que se esperase esta reacción ante actitudes inadecuadas. Por qué, si no, se hallaron el 30 de mayo, en un bote de basura del centro de la ciudad, cédulas de sufragio que habían sido utilizadas en esta segunda vuelta. Estaban marcadas inadecuadamente: eran votos viciados. Pero ¿por qué estaban en ese bote de basura, si debieron ser desechadas después del conteo?

¿Por qué, si no, se recibieron denuncias de que en la Urbanización Los Pinos se vendían hologramas utilizados en las elecciones del 9 de abril? La doctora Liliana Otero, del Jurado Electoral Especial de la Provincia del Santa, ha pedido explicaciones al jefe de la ODPE al respecto, y ambos casos se encuentran en proceso de investigación.

El despliegue desmesurado de fuerzas debe tener una explicación; cómo, si no, le hallamos sentido a que Néstor Díaz Rodríguez* continúe con el maxilar derecho dañado. O cómo entender el concepto de seguridad ciudadana cuando una niña de seis meses de nacida estuvo a punto de perder la vida asfixiada por el gas lacrimógeno. Por fortuna se aferró a la vida. Siempre es afortunado aferrarse sólo a la vida.

* Nestor Díaz Rodríguez fue dado de alta del Hospital La Caleta. Debe cumplir un tratamiento y una terapia que no están a su alcance económico.