Con un solo dedo... (2009)

Después del Siglo de las Luces, lo que vive la humanidad es este largo Siglo de las Lámparas Eléctricas.

Parece que se apagaron las ideas y el pensamiento ilustrado, el enciclopedismo, la cultura y la expresión estética que dio el nombre al Siglo de las Luces (s. XVIII). Se encendieron las lámparas eléctricas: casa por casa, pueblo por pueblo, ciudad por ciudad, país por país.

Venciéndose a diario las barreras de la naturaleza, y atentando contra ella, se consiguen los veinte mil megavatios/hora aproximados, que se calculan como la demanda energética para hacer nuestra vida más sencilla, para utilizar electrodomésticos, encender la industria, la publicidad y acabar con las noches tranquilas en todo el mundo.

En el Siglo de las Lámparas Eléctricas todo se ilumina haciendo un clic; todo empieza cuando se hace contacto y sólo entonces la diversión (que es la vida) está asegurada. Entonces es cuando podemos transitar por las calles y comprar. Cuando podemos acceder al progreso y a la cultura. Cuando podemos vernos y socializar con los demás, y si acaso hasta trabajar. ¿Qué sería de nosotros si estuvieran abajo las llaves de luz de este gigantesco “pleilanparc”?.

Are´u afraid of the dark? (¿Le tienes miedo a la oscuridad?)

Las ciudades han crecido desarrollando un miedo secular a la oscuridad. Un pánico institucional combatido con políticas públicas que nos cuentan desde el viejo “farolero de la calle el sol” en los tiempos del “congorito digo yo”, hasta las actuales y modernas plantas eléctricas del sistema interconectado y fiscalizadas por Osinerg.

Combatiendo la oscuridad han logrado hacernos recordar -hasta bien entrada la noche- cuáles son los límites entre la ciudad y lo marginal. Pues ahí -se dice- donde no hay una lámpara de alumbrado público, está presente el mal vivir, el salto de mata y otra vez la oscuridad.

La luz, en el nombre del progreso, no sólo ha arrinconado a la pobreza a las sombras. Ha iluminado hasta a los bosques, literalmente encendidos a fuego para poner en funcionamiento generadores eléctricos.

Ese miedo creciente de las ciudades a la oscuridad ha contribuido enormemente al calentamiento del planeta no sólo por el calor producido por la energía luminosa, si no por la emisión de gases de invernadero. Ha contribuido también al crecimiento de una industria eléctrica, que con el discurso del desarrollo, no ha dejado de usar carbón vegetal en detrimento de los bosques y carbón mineral con sus consecuencias en la producción de gases dañinos para el planeta como el dióxido de carbono.

La luz de las estrellas

La iluminación artificial, como tantas otras cosas que ha construido el genio humano, tiene la nociva particularidad de desconectarnos de los orígenes. La luz eléctrica no ilumina precisamente lo que necesitamos ver (¿por qué ponen las lámparas de alumbrado público a iluminar el cielo y no el suelo?).

De tal manera que ya no es posible disfrutar de las estrellas de la noche y observar el cielo, saludable ciencia de nuestros antepasados, que ha permitido que conozcamos los principios del movimiento del universo y sus fenómenos. esta no es una ocurrencia de escribidor. Existe en el planeta un movimiento en Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a la Luz de las Estrellas, promovido por la propia ONU, a partir de una conferencia realizada en Canarias el año 2007.

¿Acaso no lo necesitamos más? Es necesario recordar que etnias y culturas que tienen mejor relación con su ambiente están convencidas de que cada elemento de la naturaleza tiene vida. De tal modo que no se podía destruir una sola piedra si lo que se construye no armoniza con aquella misma piedra, para empezar.

Practicando la coexistencia no sólo entre personas y culturas, sino también entre los animales, las plantas, las piedras y los elementos. Reflexión que se hace necesaria en días cercanos a 23 y 24 de marzo del presente año, cuando en Lima se realiza la Cumbre Latinoamericana: Cambio Climático e impactos en los Pueblos Indigenas, preparatoria para la cumbre mundial que se realizará en Alaska en abril próximo.

La importancia del dedo

Generalmente cuando hablamos de calentamiento global y cambio climático, hablamos del agua. El calentamiento de la temperatura en el planeta está derritiendo los glaciares y eso esta sucediendo de manera visible. El hecho es que por las alteraciones causadas por el clima en el agua, se van a generar muchas otras. No olvidemos que el ciclo del agua afecta todas nuestras actividades. Todas las alteraciones que imaginen se van a producir en la agricultura, la pesca, la ganadería e industrias derivadas. De manera que tenemos un escenario probable de crisis de agua, alimentos y caos en el planeta.
No debemos cansarnos de escuchar cuanta información venga a nuestros sentidos, al respecto, ni de reproducir esta información. Tomar atención a las sugerencias de acciones ciudadanas con las que podemos contribuir.
Si se trata de la electricidad y la luz eléctrica podemos contribuir a salvar el planeta con un solo dedo. Este 28 de marzo es la campaña mundial denominada la hora del planeta. Cientos de países, miles de ciudades, millones de personas, apagarán las luces y sus aparatos eléctricos de sus casas y calles durante una hora. De 8:30 p.m. a 9:30 p.m. se apagarán muchas luces en el mundo entero. No se trata sólo de reducir la temperatura del planeta por una hora, si no también de llamar la atención a los presidentes de empresas eléctricas, líderes políticos y naciones poderosas que siguen usando combustible dañino para la producción de energía. Esta va a ser una llamada de atención. Una cosa muy sencilla, sólo es necesario que apagues la luz de tu casa.