Las mujeres y su dignidad en los programas más vistos de la televisión peruana

Chimbote en Línea (Por: Nora García Vásquez*) ¿Somos televidentes hipócritas que criticamos la televisión pero la consumimos? Opinamos que la imagen de la mujer es presentada negativamente y que hay gran cantidad de contenidos inadecuados en la televisión,  pero preferimos programas catalogados como “televisión basura” y con mensajes sexuales que devoramos en las tres horas y media que dedicamos a la pantalla chica cada día.

Cuando estábamos bailando al ritmo de " El Venao" te hice una 
broma que desató tu furia, al punto que, en ese preciso momento 
decidiste terminar nuestra relación al punta de reclamos, mientras yo 
lloraba como una niña recibiendo los consuelos de mis amigas.

Catorce minutos duró esta escena, que fue trasmitida a nivel nacional en vivo y en directo. Ocurrió en uno de los programas concurso más visto de la televisión peruana de señal abierta.

Historias parecidas de amor y desamor son mostradas en la pantalla chica, entre las secuencias de concursos y retos. Muchos dicen incluso que los conflictos son creados desde la producción del programa para generar mayor rating. Los protagonistas son jóvenes fornidos y esbeltas señoritas, que en diminutivas prendas luchan “por ganar” o “ser los mejores guerreros y guerreras”. Sus peleas, rivalidades, discusiones, pataletas, celos, arrebatos, lloriqueos, renuncias y hasta sus cortejos son exhibidas en las 33 horas de producción de los programas “Esto es Guerra” y “Combate” de lunes a viernes.

En medio de estas tramas y concursos se exponen, ante chicos y grandes y en horario familiar, contenidos que llevan consigo lo que el intelectual y periodista Marco Aurelio Denegri ha denunciado como “la sexualización disfrazada de programa concurso” e  incluso le ha dado calificativos de “televisión basura”, “televisión excrementicia” o “televisión de las heces fecales”.

Momentos después me colocaron en medio de la pista, me vendaron, embarraron mi boca con mermelada de no sé qué fruta. Alguien vino para lamerme e intentar adivinar el sabor de la sustancia. Sentía su lengua sobre mis mejillas y hasta encima de mis labios.

Según el reciente estudio del Consejo Consultivo de Radio y Televisión (Concortv), realizado en 21 ciudades del país, los programas más vistos por los peruanos son  “Al Fondo Hay Sitio” (19%) y “Esto es Guerra” (16%); éste último, sumado al porcentaje de su competidor “Combate” hacen  juntos 37.4 % de la preferencia del público televidente peruano.

Estudio Cuantitativo Sobre Consumo Radial y Televisivo. Concortv. Agosto 2015.

Ante la histórica ausencia de políticas que aseguren el entretenimiento, la cultura, el deporte y el buen uso del tiempo libre para la sociedad peruana, la programación televisiva de señal abierta cubre la demanda: el 32,7% de los entrevistados por Concortv aseguraron que se entretienen con la televisión.

Pero ¿qué factores son los que llevan al televidente peruano a preferir estos programas de televisión y qué valores rescatan en sus contenidos?

Consultamos a dos mujeres consumidoras de los programas de concursos. La más jovencita, de 14 años, nos dijo que le encantan los retos y las competencias entre equipos. Refirió que a veces hacen quedar en ridículo a los participantes; y los más débiles y sin fuerza siempre son los perdedores. Mientras que una ama de casa de 26 años nos dijo que son horas de distracción y entretenimiento. Ninguna de ellas advierte que hay violencia o atentados contra la dignidad de la mujer en estos programas, aunque criticaron los enredos amorosos que se ventilan.

Preguntamos a un educador y filósofo de la Congregación de Hermanos Cristianos, sobre los cambios de actitudes que percibe en los miles de escolares con los que trabaja en Chimbote, referidos a los vínculos que establecen con el sexo opuesto, y la relación que esto podría tener con los contenidos de la televisión y, especialmente, con los programas concurso que ofrecer la televisión.

“La frivolidad de los mensajes que los protagonistas de los concursos transmiten y que se han convertido en modelos de comportamiento, sin duda, está afectando la forma cómo los adolescentes de hoy se relacionan. Vemos cómo se ha perdido el sentido de la relación afectiva responsable, donde la otra persona no cuenta y se toman otros criterios a la hora de emparejarse.  Es lamentable que los tipos de pareja sentimental que se presentan en esos programas se reproducen ahora en las relaciones amorosas entre los adolescentes, que ventilan sus conflictos en las redes sociales, terminan relaciones cortas sin problemas e inician su vida sexual cada vez a más temprana edad. Eso no lo veíamos hace ocho o diez años. Y ante la ausencia física y en algunos casos moral de los padres, los adolescentes quedan a merced de estos programas y otros, que también son nocivos”, advierte José Reyes, coordinador del colegio Mundo Mejor, reconocido por la PUCP en mérito a su excelencia académica Para el sicólogo clínico y periodista Juan Tafur, “es peligroso, y no es casualidad, que el formato (concurso) esté hecho para despertar una sensualidad precoz en niños y adolescentes, por eso se enganchan; se promueve un erotismo subliminal claramente manipulado dirigido a atraer su atención de manera solapa”, advierte.

“Y lo malo es que no hay retorno”, sostiene Marco Aurelio Denegri, refiriéndose a la televisión basura. “La capacidad de asimilación del televidente término medio de la basura y el carácter aditivo de ésta es peligroso. Lo malo es que no hay retorno, posibilidad de desintoxicarse”, afirma.

Esta adicción a la que se refiere Denegri  crece y se manifiesta en los altos niveles de sintonía, los millonarios auspicios de dichos programas y la mayor exposición de contenidos inadecuados sin respetar al televidente. El 62,9% de los entrevistados por Concortv mencionan que han visto o escuchado palabras groseras, insultos o de doble sentido en la Televisión, frecuentemente.

“A HUEVOS”

Hoy tuve literalmente un baño con huevos. Me sentaron, me acomodaron
en el centro del escenario, y rompieron ocho huevos, 
uno a uno, sobre mi cabeza. Podía escuchar cómo otros se reían y 
hasta aplaudían. Fui castigada por no saber la respuesta a ocho
preguntas. Miles de peruanos vieron no sólo mi ignorancia sino 
también mi denigración frente a las cámaras de televisión.

Según el estudio del Concortv, el 71.9% de los entrevistados considera que la televisión peruana muestra a la mujer de forma negativa; y la tendencia va en aumento si comparamos las estadísticas del 2013. Otros grupos afectados son las personas adultas mayores, y niños y niñas.

“Estos programas atentan contra la dignidad de la mujer, a través de los diálogos llenos de erotismo, chabacanería, doble sentido y bromas de mal gusto”, dijo al respecto, Liliana Rocha, asesora legal de la Asociación Valores Humanos, una de las organizaciones que con su intervención ha logrado varias sanciones a programas de televisión que violaron el horario familiar con sus contenidos.

No podemos dejar de señalar que la bibliografía sobre violencia contra la mujer indica que constituye violencia todo aquello que daña su estabilidad psicológica o emocional a través de amenazas verbales, insultos, ofensas, gestos, humillaciones, acoso y hostigamiento,  comparaciones destructivas, rechazo, discriminación por género, privación de la libertad o privacidad, etc.  Y todo ello, ante nuestros ojos, discurre como entretenimiento familiar.

“La televisión se ha convertido en un referente y en un sustituto de la familia para los niños y ellos -futuros ciudadanos- están copiando los modelos que reciben por ese medio”, sostiene la decana del Colegio de Psicólogos del Perú, Teresa Machado.

CRITICO PERO VEO

“Vivo en una invasión y para ir al baño debemos tomar la linterna y caminar largo para buscar un lugar donde hacerlo”, nos cuenta Alondra, una niña de 8 años que lleva el nombre de una de las guapas competidoras de la televisión y con la cual se identifica.

Así viven miles de niños, miles de peruanos que carecen de servicios básicos pero a quienes no les falta un televisor: el equipo más presente en los hogares peruanos (98.5%). Un peruano pasa en promedio 3.30 horas al día viendo televisión, es decir, cuatro días al mes.

¿Y cuán crítico es este consumo, o mejor dicho, cuán crítico es el televidente peruano?

El informe del Concortv revela cómo los ciudadanos perciben a la televisión: 55% la considera la más sensacionalista. Y en relación a sus contenidos, son vistos de manera frecuente y muy frecuente: violencia (78%), palabras groseras/insultos (63%), situaciones de mal ejemplo para la sociedad (62%), trato discriminatorio (57%), escenas de sexo/desnudos (50%) y contenidos para adultos en horario familiar (40%). 

El 55,5% opina que los niños aparecen perjudicados en la televisión. Y en segundo lugar mencionan a las mujeres con un 41,2%. Con porcentajes muy cercanos se encuentran los indígenas, adultos mayores y homosexuales.

Pero este nivel de crítica a los contenidos inadecuados en la televisión, sin embargo, no moviliza al televidente que sigue consumiendo el menú nada educativo de la pantalla chica.

“La mayor parte de los televidentes mantiene una actitud que es calificada por los empresarios y productores (y muchas veces con razón) de doble moral o de hipocresía. Los consumidores critican la programación televisiva, pero la ven”, afirma el profesor José Perla, abogado e investigador de la Universidad de Lima.

LA FAMILIA, LA TV Y LA LEY

En estos últimos 5 años, en que la preferencia por los programas concurso se evidencian, se van modificando los modelos de familia, el sentido de la amistad y el amor, de la felicidad; así como aparecen nuevos estereotipos de joven,  mujer “ganadora” o varón de éxito.

En el artículo 14° de la Constitución Política del Perú se establece que los medios de comunicación social deben colaborar con el Estado en la educación y en la formación moral y cultural.

¿El Estado está asegurando que los operadores y concesionarios de la señal de televisión abierta (que es de todos los peruanos) asuman sus compromisos y respeten la ley? ¿Está asegurando se entregue contenidos de calidad a los dueños de la señal, en la cantidad de horas y adecuada programación que el país necesita para desarrollarse?

Según la Ley 28278 - Ley de Radio y Televisión, la programación que se transmita en el horario familiar (06:00 -  22:00) debe evitar los contenidos violentos, obscenos o de otra índole, que puedan afectar los valores inherentes a la familia, los niños y adolescentes.

Desde el lado de la ciudadanía hay una apatía a la hora de vigilar el cumplimiento de la ley. En diez años de vigencia de la misma, sólo tres ciudadanos han planteado denuncias contra los contenidos de la televisión. Sin embargo, la iniciativa de realizar la marcha contra la televisión basura, en febrero pasado, tuvo eco en algunas ciudades y puso el tema en agenda periodística por unas semanas.

También la familia tiene su rol frente a esta problemática. ¿Conocen los televidentes que hay un horario familiar (establecido por ley) y que los administradores de la señal abierta deben respetar? Según el Concortv, el 55% de los peruanos tiene conocimiento del horario familiar que va de las 6:00 a las 22:00 horas, donde se prohíbe la transmisión de contenidos violentos y obscenos. ¿Es que no se dan cuenta que los canales infringen la norma, los contenidos vienen tan bien disfrazados de entretenimiento o hay una apatía frente al interés colectivo?

Las empresas de televisión dicen autorregular sus contenidos y, con los programas concurso y otros, hacen caso omiso los códigos de ética, documento de ley que contempla principios y lineamientos como la defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad, la protección y formación integral de los niños y adolescentes, la promoción de los valores, la responsabilidad social de los medios de comunicación, entre otros.

“Hay que tener bien claro que si no cambia el público, la televisión tampoco lo hará”, sostiene José Perla, quien además demanda mayor compromiso de parte del empresariado, las autoridades y los anunciantes.

Sin duda este tema, clave para el desarrollo de nuestra sociedad, debe seguir en agenda y generar espacios de discusión, donde nosotros, los dueños de la señal tengamos la posibilidad de expresarnos, criticar, proponer; pero también asegurar el respeto a nuestros derechos y el cumplimiento de la Constitución y la Ley de Radio y Televisión.

¿Somos televidentes incoherentes, hipócritas, o tal vez sin alternativa? Mientras esperamos mayor resolución y decisión del Estado para la defensa de los intereses de los millones de televidentes, especialmente de los más vulnerables, cambiemos de canal o apaguemos el televisor para no ver, como dice una canción de Bareto, ese “hueveo”.

SANCIONES IMPUESTAS

• En diciembre del 2012, América TV es multada con S/. 36.500 (10 UIT's) por incumplir horario familiar con "El Juego de las Fresas"
• En noviembre del 2014, el programa “Amor, amor, amor” fue sancionado por la Sociedad Nacional de Radio y Televisión con una multa de 19 mil soles) por una serie de secuencias cargadas de morbo y con alto contenido erótico.

• En abril del 2015, el Tribunal de Ética de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión (SNRTV) impuso 5 UITs de multa al canal ATV por transmitir la serie "Decisiones extremas" en horario de protección al menor.

• En mayo del 2015, ATV fue sancionado con una multa de 5 UIT’s (S/. 19,250.00) por el ‘Tribunal de Ética’ de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión (SNRTV), por el juego ‘El Taburete del Saber’ del reality ‘Combate’.
• En mayo del 2015, ‘El último pasajero’ es multado con S/.38,500 por hacer comer cucarachas a escolar. La Sociedad Nacional de Radio y Televisión consideró que el reto vulneró los principios de defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad.
• En agosto del 2015, la Sociedad Nacional de Radio y Televisión impuso a ATV la máxima sanción contemplada por el Pacto de Autorregulación (10 UITs) por no tener en cuenta el horario familiar con relación a ocho ediciones del programa 'Nunca Más', difundidos en los meses de mayo, junio y julio de 2014.

(*) Periodista Perú en Línea Comunicaciones

Comentarios

Comentar