Cuaresma 2017: “Conviértete y cree en el Evangelio”

Chimbote en Línea.- “Eres polvo y al polvo volverás”. “Conviértete y cree en el Evangelio”. Así rezan las dos fórmulas para la imposición de las cenizas al inicio de la cuaresma. La primera recoge la experiencia de insignificancia, de barro y de fragilidad inherente a toda vida humana.  Hasta nuestros tesoros los llevamos en “vasos de barro”.  La segunda fórmula es una invitación a levantarse, a cambiar de rumbo, a iniciar algo nuevo y a dejar entrar en nuestras vidas la Buena Nueva que es Jesús.

1.    Eres polvo…

-  En estos días, en y fuera del país, nos estremecen los relatos de escándalos de corrupción y observamos la caída de peces gordos y no tan gordos. – Mucho espacio ocupan también en los noticieros los escándalos de abuso de menores en instituciones de la Iglesia en y fuera del país.

-  Aparentemente no hay relación entre los dos tipos de escándalos.  Sin embargo, ambos implican una violación seria de los más pobres e indefensos en la sociedad.

-  Estos escándalos parecen limitarse a las cabezas señaladas y retratadas, pero la corrupción y el abuso de menores se comprueban, se toleran y se tapan en el conjunto de la sociedad. Los escándalos en las capas dirigenciales alimentan y hasta “justifican” comportamientos tramposos y delincuenciales en todo el tejido social.  Corrupción y abuso de semejantes empobrecen y debilitan a todos.

-  Tú y yo somos miembros de este pueblo y de esta Iglesia. Somos parte de su historia y de su configuración.  No es suficiente que los escándalos en su seno nos apenen, irriten y humillen; somos responsables de lo que sucede. –

En otro contexto, meditando los crímenes nazis, la joven judía Etty Hillesum (1914-1943), muerta en el campo de concentración de Auschwitz, anota en su diario:  “No veo más solución sino que cada uno examine su conducta y extirpe y aniquile en sí todo cuanto crea que hay que aniquilar en los demás.  Y convenzámonos de que el más pequeño átomo de odio que añadamos a este mundo lo vuelve aún más inhóspito de lo que ya es”.

2.    Conviértete …

-  Llevas en tu corazón un gran tesoro, ese gran deseo de levantarte y de ser tú mismo. Tú quieres ser diferente, nuevo, autor de convivencias más felices.  Hay en ti este rincón de tierra buena que deja entrar la semilla y dará fruto abundante (cf. Mt 13,3-9). ¡No te quedes sentado en tu mostrador para que otros te paguen impuestos! (cf. Mt 9,9-13).  ¡Sé creativo y busca el lugar para ver a Jesús! (cf. Lc 19,1-10).  ¡No te agobies en sacar todos los días agua del viejo pozo de Jacob, si puedes tener y ser agua viva! (cf. Jn 4, 1-41).

-  No solo en la Biblia encontrarás guías y aliento para el camino. ¡Fíjate en los profetas de la vida ordinaria! A mí me ayuda el vecino, padre de familia, que cada día, por las seis de la tarde, entra en su casa y lleva en la mano una bolsa con panes. 

A veces hasta se puede escuchar los gritos de alegría de las bocas que asaltan al papá. – Ya a las 5:30 a.m. las madres de familia, que barren las calles alrededor del polideportivo en Las Casuarinas, han empezado su trabajo. – Estas y estos jóvenes que trabajan y estudian en la Universidad Nacional del Santa y en el Pedagógico merecen ser alentados. – Sí, hay profesores y enfermeras que cumplen a cabalidad con su vocación. – No faltan en Chimbote iniciativas y obras sociales que sirven el bien común.

Y en nuestras comunidades cristianas también hay ciudadanas y ciudadanos, curas y monjas que hacen bien lo que tienen que hacer.

La civilización del espectáculo y las crónicas criminalísticas no suelen dejar espacio a la gente que tiene el coraje de hacer el bien. “Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de ellos” (EG 198).

3.    Cree en el Evangelio…

-  Jesucristo es el Evangelio, la Buena Nueva.  A Él hay que conocer, amar y seguir.

-  “Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría…Cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos… No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase… Llegamos a ser plenamente humanos, cuando somos más que humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos para alcanzar nuestro ser más verdadero” (cf. EG 1-8).

Publicado en Mar Adentro, marzo 2017 - www.obispadodechimbote.org

 

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