Pasos negros y manos rotas

Chimbote en Línea.- Ah! el triste encandilamiento por las formas de un cuerpo que jamás será nuestro. El deshilacharse mientras los ojos graban imágenes inconfesables y se nos va un suspiro a morir en el silencio.Yo que he creado todas las reglas de la magia y el azar, todas las leyes del vuelo y la caída. No merezco morir en un hediondo hueco de medio metro, atorado, silenciado, maniatado.

Oh, ángeles. Yo alguna vez les di de mis sustancias mágicas y les hice un hogar en el sótano de mi casa. ¿No podrían interceder por mí? ¿No podrían recurrir a sus influencias y darme el remedio final?

He llamado a todos los dealer para morir abrazando sus drogas, sin embargo solo he sentido hastío al no poder evadir la realidad con absolutamente nada. Ninguna sustancia ilegal me ha abierto las puertas de un cielo esquivo al que intento entrar. Nada ha funcionado.

Y los días se hicieron largos. Las noches para fumar de pie en la ventana. El sueño se fue a una larga tertulia que solo acaba cuando uno de los anfitriones muere. Ya no hay razón para seguir en este juego barato.
Todo debe terminarse aquí.

La luz de la mañana me baña una vez más y yo huyo a los cementerios, a los refugios de los desvelados. Y un fumador de opio me da la bienvenida. Y un ebrio me dice que tal vez no encuentre lo que busco. Pero necio me aventuro a una muerte lenta y oscura. Ya no hay nada que perder.

Y mientras ello sucede las formas y los cuerpos se pierden, se alejan, se hacen girones al guiño del reloj. Y los fantasmas vuelven a popular entre los vivos. Y las arañas tejen su guarida. Sin embargo, todo es mentira a los ojos de Dios; una realidad aleatoria agobiante y falsa que jamás terminará es todo lo que tiene que ofrecer. (Por: Víctor Pasco)
 

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