“Las grandes aventuras de Trastolillo”, de Isabel Córdova Rosas

Chimbote en Línea (Por Ricardo Ayllón).-Resulta grato volver sobre las páginas de un nuevo libro de Isabel Córdova Rosas, escritora peruana que, no obstante su larga estancia en España donde ha publicado la mayor parte de sus libros, ha comenzado a traer algunos de estos a su país de origen en ediciones netamente nacionales.

Si hace más de un año tuvimos la oportunidad de comentar dos de los volúmenes de su saga Pirulín, aquel zorrito-niño inquieto y curioso dueño de una personalidad singular y entrañable, esta vez nos aproximamos a una de las andanzas de otro personaje que ha motivado en Córdova Rosas más de un libro, el duende Trastolillo. Si bien el que ahora nos convoca se publicó de modo original como “El misterio del péndulo”, el año 2000, esta vez nuestra narradora lo trae al Perú bajo el sello nacional Lexicom con el título de “Las grandes aventuras de Trastolillo”.

¿Pero quién es Trastolillo? Quizá para la cultura local, el nombre de este duende suene un tanto ajeno pues aquí tenemos nuestros propios duendes, como el muki, el chullachaqui o el ichik olljo solo por nombrar a los más reconocibles entre los que han sido recreados por los escritores nacionales.

Trastolillo viene, en este sentido, de la tradición oral europea, precisamente de la tradición cántabra (de Cantabria, una región de España) y se le denomina tanto trastolillo como trastolillu, un duende bueno, protector del hogar, cuyo nombre deriva quizás de la palabra ‘trasto’, que significa, stricto sensu, cualquier utensilio perteneciente a una casa. El trastolillo vendría a ser pues, dentro de esta premisa, justamente el encargado de hacer que ocurran eventos inexplicables o enigmáticos con tales utensilios, como el perderse, caerse, derramarse, abrirse, partirse, etc.; asignándose al duendecillo, en resumen, por tal comportamiento, una tipología divertida, juguetona y pícara.

Y si bien uno va a hallar en los libros de mitología europea características específicas para él similares a las del trasgo, el trastolillo de Isabel Córdova tendrá sus propias particularidades, más convenientes con el escenario moderno en que se moverá junto a Luis, el niño con quien hace migas y con quien hará una dupla ideal en el desarrollo de la trama matriz.

Esta historia, en esencia, gira alrededor del espíritu de reciprocidad. Luego que Trastolillo le ha devuelto a Luis un pin o prendedor que este necesitaba para demostrar su amistad a Almudena, la niña de la escuela que tanto le atrae, a cambio Luis promete apoyarlo en un objetivo menos tangible, quizá más ligado a la fantasía que es, finalmente, por donde la historia de un duende nos debe movilizar.

Pues bien, Luis tiene que ayudarlo a encontrar una perla única, una cuyo enigma se halla en un color desconocido por el hombre, el de la ambrosía; con esta perla, Trastolillo volverá a Sicasín, la comarca que él habita, y podrá ser novio de la simpática Zum, hija de un viejo duende joyero.

Alrededor de este, que es el argumento principal, se moverán aquellas subtramas que refuerzan el relato; entre las principales están quizá la historia de la pequeña Elisa, compañera de Luis quien sufre de discriminación en la escuela y pasa por dificultades económicas junto a su madre; asimismo, el abuso que padece el pequeño Daniel por parte de su padre quien lo golpea en su equivocada noción de que así se corrige a los niños. Ambas subtramas –plenamente realistas– hacen contrapunto con el objetivo principal –de corte fantástico– que es el de descubrir aquella extraña perla de un ignorado color como es la ambrosía.
 

 

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