Ver, juzgar y actuar en tiempos de misericordia

Chimbote en Línea.- El documento de Aparecida reconoce que el método del ver, actuar y juzgar “ha colaborado a vivir más intensamente nuestra vocación y misión en la Iglesia: ha enriquecido el trabajo teológico y pastoral y ha motivado a asumir nuestras responsabilidades ante las situaciones concretas de nuestro continente” (DA 19).

El Año Jubilar de la Misericordia nos empuja a hacer revisión de vida: a cuestionar y renovar nuestra  manera de ver y mirar la realidad, a confrontar nuestra manera de juzgar con la de Jesús y a obedecer en nuestra manera de actuar al “amor de Dios derramado por el Espíritu en nuestros corazones” (Rm 5,5).

1. VER

Convocando para el Año Jubilar el Papa Francisco nos dirige una advertencia muy seria: “No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye.  Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio” (EV 15).

Se reúne la comunidad cristiana.  Desde experiencias diversas y temperamentos complementarios los miembros de la comunidad se fijan en los hechos de vida relevantes en la actualidad.  Dialogando los reunidos se ayudan mutuamente a discernir los signos de los tiempos en lo que acontece.  Se ayudan mutuamente a adquirir una mirada crítica, a recuperar los ojos desviados por tanta propaganda y moda, a pensar personalmente la realidad que nos envuelve.

Es muy indicado que de vez en cuando análisis de la coyuntura por entendidos en la materia acompañen el caminar de las comunidades cristianas.  Ayudan a profundizar las causas y las consecuencias de lo que sucede.

2. JUZGAR

Acercarse a Dios significa exponer  lo que nos sucede a la mirada de Dios. “El mirar de Dios es amar” (San Juan de la Cruz).  “Me recibe continuamente de tus manos.  Esa es mi verdad y alegría.  Tus ojos me miran constantemente, y yo vivo de tu mirada” (Romano Guardini).

Contemplar lo que nos sucede a la luz de la Palabra de Dios significa, sobre todo, adentrarnos  en Jesús que ha venido a desentrañar las entrañas de la misericordia del Padre.  “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre… Quien lo ve a Él, ve al Padre (Jn 14,9).  Jesús de Nazareth con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios” (MV1).

Haciendo memoria de la Palabra de Dios escrita en su corazón y en la Biblia, los miembros de la comunidad cristiana iluminan con el estilo de vida de  Jesús los hechos de vida preñados de misericordia o gritando por misericordia.  Comparten y socializan su amor al Señor. 

Los Evangelios nos muestran a Jesús frente a personas hundidas en la desgracia y en el dolor y señalan que Él siente compasión.  Significativo notar,  que Jesús confrontado con la situación de una muchedumbre extenuada y oprimida, se deja conmover por la compasión; es como si se fijara en la causa estructural y política del sufrimiento humano.

En el Año Jubilar de la Misericordia se ha puesto en nuestro camino figuras que han encarnado en sus vivencias el don y la misión de la misericordia: los mártires Oscar Romero, Miguel, Zbigniew y Sandro y Santa Teresa de Calcuta.  En ellos Jesús misericordioso se ha hecho presente y palpable.

3. ACTUAR

“La misericordia se practica, la creación se cuida”.  Así reza el lema del Año Pastoral 2016 en la Diócesis de Chimbote.  Invita a fortalecer las estructuras de la pastoral de conjunto para que nos hagamos actores de una ecología humana y cósmica.

Al invitarnos a ser promotores y actores de una ecología integral, el Papa Francisco nos exhorta “a no perder la oportunidad de una palabra amable, de una sonrisa, de cualquier pequeño gesto que siembre paz y amistad.  Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo…El amor, lleno de pequeños gestos de cuidado mutuo, es también civil y político, y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor” (LS 230 y 231).

“En la familia se aprende a pedir permiso sin avasallar, a decir “gracias” como expresión de una sentida valoración de las cosas que recibimos, a dominar la agresividad o la voracidad, y a pedir perdón cuando hacemos algún daño.  Estos gestos de sincera cortesía ayudan a construir una cultura de la vida compartida y del respeto a lo que nos rodea” (LS 213).

La comunidad cristiana que vive de la revisión de vida, encuentra en Chimbote muchas iniciativas para “vivir una fe activa en la caridad” (Gal 5,6): reivindicaciones de obras para servir el bien común, acciones de recuperación de nuestra bahía, resocialización en las cárceles, etc.

En generaciones pasadas y actuales comunidades cristianas que practican la revisión de vida (ver, juzgar y actuar) han ofrecido al mundo y a la Iglesia discípulos fieles del Señor, ciudadanos de un mundo más humano y fraterno y testigos de la esperanza.

Al anunciar el viernes 13 de marzo de 2015 la celebración del Año Santo de la Misericordia, el Papa Francisco recalca: “Este no es un tiempo para estar distraídos, sino, al contrario, para permanecer alerta y despertar en nosotros la capacidad de ver lo esencial.  Es el tiempo para que la Iglesia redescubra el sentido de la misión que el Señor le ha confiado el Día de Pascua: Ser signo e instrumento de la misericordia del Padre”.

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