"El Espíritu Santo nos llama a dejar el invernismo en el que nos hemos sumergido"

Entrevista con monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, Obispo de Chimbote

Chimbotenlinea.com(Fuente Mar Adentro).- El año 2007 se realizó en Aparecida, Brasil, la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, la cual tuvo como conclusión un documento que tiene como mensaje y mandato principal el emprender una nueva evangelización cristiana en toda la región, proyecto que se denominó la Misión Continental.

 

(Fotos cortesía Mar Adentro)

 

Nuestro Obispo, Monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, participó en esta importante cita junto a otros Pastores del Perú y de inmediato empezó los trabajos para dar cumplimiento a esta gran tarea encomendada por el Papa Benedicto XVI.
Sobre cómo está dicho proyecto y cuál es su expectativa para este año, nos habla en la siguiente entrevista.

¿Cómo va la Misión Continental en Chimbote?

 Como usted sabe, la Misión Continental fue sugerida por el Papa Benedicto XVI al inaugurar la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida y fue asumida por los Obispos allí presentes.

Nos comprometimos a poner en marcha una agresiva misión evangelizadora en todo el Continente, al darnos cuenta que era impostergable una nueva Evangelización con nuevo ardor y nuevo estilo. Cada Episcopado se responsabilizó de buscar el momento oportuno para su puesta en marcha y cada Obispo en su propia jurisdicción. En esta Diócesis es necesario tomar decisiones importantes en relación a la vivencia de la fe y de la eclesialidad.

Y entonces ¿Cómo vamos en ese proceso?, ¿en qué etapa estamos?, ¿avanzamos como se debe o hay algo que lo traba?

 El eje fundamental del Documento de Aparecida es la constatación que uno de los grandes vacíos de la Iglesia Latinoamericana es la ausencia en muchos lugares de auténticos discípulos e intrépidos misioneros. De ahí la urgencia  de asumir todos el mensaje de Jesús, el estilo de vida de Jesús, el destino de Jesús.

 ¿Tenemos ya discípulos de verdad, como plantea el Documento de Aparecida?
 
Siguiendo con el tema del Discipulado el Documento de Aparecida invita a la conversión pastoral. Para mí es uno de los temas más importantes del Documento. Nuestras Parroquias, nuestras curias, nuestros grupos, nuestros seminarios tienen que abandonar una pastoral de espera, para asumir una pastoral de búsqueda. Ha llegado el momento en que todos, comenzando por el Obispo y continuando por los sacerdotes, religiosas y laicos salgan al encuentro de la gente, asediada por las sectas o sumida en la indiferencia religiosa. No podemos quedar tranquilos frente a tantos grupos humanos que viven en la ignorancia religiosa y por supuesto al margen de la Iglesia.

Que son los más, ¿no?

Creo que sí, creo que hay grandes sectores en la sociedad peruana y en la chimbotana también, que no tienen ningún contacto con la Palabra de Dios y menos con la institución eclesial.

 Ahora, ¿cuándo se va a notar esa actitud más agresiva? Porque, siendo directo, según lo que puedo ver, es mucha la gente que no siente ese "venir en busca de” de los sacerdotes y los laicos comprometidos, y hay muchos que ni siquiera saben de la misión. ¿Cuándo los chicos de la esquina del barrio van a sentir ese llamado de sus hermanos?

 La Iglesia de Chimbote tiene la obligación de seguir anunciando la Palabra de Dios y prestando los servicios que debe prestar a la comunidad cristiana. Yo pondría el énfasis en el anuncio kerigmático, en la iniciación cristiana y de una manera muy especial en la pastoral familiar, ya que la familia está sometida a una erosión sin precedentes por parte del pensamiento y de la cultura de moda.

De ahí que nos parezca lógico y natural tanto el divorcio, como el aborto cuyas causales nos parecen del todo razonables, pero que en realidad es un atentado gravísimo contra la vida humana.

 ¿Por qué Monseñor?

El 2012 es un año especial para nosotros. Con toda la Iglesia celebraremos el inicio hace 50 años del Concilio Vaticano 11, que transformó el rostro de una Iglesia harto conservadora para abrirla a los sufrimientos y a las alegrías, a los gozos y esperanzas del mundo.

En segundo lugar, este año la Diócesis celebra sus Bodas de Oro como jurisdicción eclesiástica. Estos dos acontecimientos, además de la apertura del Año de la Fe al que nos ha convocado el Santo Padre, nos obligan a ser más generosos, entregados y más intrépidos en nuestra acción pastoral.

Noto entusiasmo en sus palabras y creo que lo tiene toda la Diócesis, ¿verdad? ¿Es así, todos están entusiasmados con este año?

Todos los agentes pastorales, a través de la Asamblea Diocesana, han escuchado la voz del Espíritu que nos invita a dejar el inmovilismo y la apatía en que nos hemos sumergido y al mismo tiempo a seguir una actitud más comprometida con la Evangelización y con el servicio a los pobres, de tal forma que siga resplandeciendo en nuestra Iglesia la caridad de Cristo.

Cuando usted comunicó la misión, después de la reunión en Aparecida, Brasil, recomendó que había que formar escuelas de formación laicos y dar una dedicación especial a los jóvenes, ¿cómo estamos en esos aspectos?

Los Decanatos de la Diócesis han decidido abrir escuelas de formación de laicos. Ya lo ha hecho el Decanato del Sur con excelentes resultados. El laicado, tanto juvenil como adulto, tiene derecho a conocer el mensaje de salvación y también la obligación de vivir de acuerdo a su fe.

¿Este va a ser el año de la misión?

Creo que sí. Son muchos los motivos que nos invitan a mirar el futuro con esperanza y al mismo tiempo con responsabilidad. La Iglesia de Chimbote ha dado un testimonio de entrega como muy pocas lo han hecho en el pasado. Los tres mártires nos marcan un camino al cual no deberíamos renunciar: hay que ser testigos de Cristo que en algún momento exige la entrega de la propia vida.