La Marcha por la Vida, la Justicia y la Vida, que hemos realizado de manera conjunta la Diócesis de Chimbote, el Colegio de Abogados y la sociedad civil, es una expresión de la ciudadanía chimbotana contra la cultura de muerte; que violenta y atropella no sólo la dignidad de las personas, sino que atenta contra el don más preciado que hemos recibido: LA VIDA.

Manifestamos nuestra opción irrenunciable a la protección y defensa de la vida y dignidad de toda persona; sin distinción de edad, sexo, creencia religiosa y orientación política; defensa que nos compromete a desarrollar acciones conjuntas para asegurar otros derechos constitutivos del ser humano, en su condición de hijos e hijas de Dios.

Nos comprometemos a buscar y asegurar que la justicia sea administrada de manera transparente y eficiente, por aquellos que tienen a su cargo  los órganos competentes de fiscalizar y sancionar a quienes la trasgreden; como una condición para construir una sociedad en paz, sin desigualdades y que camina al desarrollo.

Nos reafirmamos en nuestros esfuerzos por construir la paz y trabajar por el bien común en Chimbote y la región Áncash; tareas que necesitan tener como soporte el diálogo, la tolerancia, la solidaridad y el respeto mutuo.
 
¡Por una sociedad que defiende y respeta la vida, busca la justicia y construye la paz!