Hermanitos de 4 y 11 años requieren de ayuda para sobrevivir

Madre desesperada pide apoyo para tratamiento de pequeño de 4 años con leucemia

El sueño de jugar un partido con sus amiguitos ha sido bloqueado en su mente al igual que salir a la calle. A su corta edad, el pequeño Gian Anderson Ruiz Antón (11) renuncia forzosamente a disfrutar de lo mejor  de su infancia por padecer atrofia muscular que afecta a sus extremidades inferiores que poco a poco lo están inmovilizando.

(Foto Cintia Cabrera)

Su madre, Gladys Isabel Antón Callirgo (38) batalla día a día con esta enfermedad y la de su menor hijo Eduardo David (4), a quien hace un mes, los médicos le detectaron la temible leucemia.

En medio de esta crisis de dolor y desconsuelo, la familia debe afrontar día a día los gastos económicos que demanda la atención de sus dos hijos. Lamentablemente, ninguna de estas dos enfermedades tiene una cura, a decir de los doctores, sólo un tratamiento para aliviar su dolor.

“Mi hijito de 4 años está en Lima internado casi un mes en el Hospital Neoplásicas del Niño. Será dado de alta, pero aun así deberá acudir tres veces al día al hospital. Nosotros necesitamos dinero para alojarnos, viáticos, unidades de sangre para que le hagan transfusión y medicina”, dijo la angustiada madre que clama apoyo económico a las autoridades para cumplir con estos gastos y procurar días tranquilos para su hijo, quien está en compañía de su padre.

Mientras que en Chimbote, Gladys sobrevive gracias a la ayuda de vecinos y familiares, su esposo es un obrero. Cada fin de semana organizan actividades para conseguir dinero y enviar a Lima.

El pequeño Gian Anderson es cuidado por su madre quien le enseña a escribir. Él ya no asiste al colegio desde inicio de año por la burla de sus compañeros y porque puede mantenerse en pie mucho tiempo, camina sujetándose, se cansa al escribir. Su talla cada día se reduce ya que la enfermedad también afecta sus huesos.

“Los médicos me han dicho que él ya no tiene cura, de cada 100 niños a uno le da esta enfermedad y lamentablemente le tocó a él. Sólo tengo que sobarle sus piernitas para que le pase el dolor pero sólo le espera una silla de ruedas porque su situación va a empeorar de todas formas”, contó entre lágrimas.

La vida de sus dos menores hijos la consume a diario y las lágrimas se asoman al recordar cual es el diagnóstico de los médicos quienes ya han desahuciado a los pequeños.

Cualquier ayuda económica o en especies puede hacerse llegar al domicilio de la manzana D lote 24 del asentamiento humano “Belén” o llamar al número 948 956813.(Por: Cintia Cabrera)