Opinión: “Declarar en emergencia los gobiernos locales de Áncash”

Chimbote en Línea : (Por: César Sánchez Lucero) Según los artículos 14º, 15º y 16º de la Ley del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (Ley Nº 27933), los comités regionales, provinciales y distritales, están presididos por el gobernador regional y los alcaldes, respectivamente. Entre sus funciones (artículo 17º) se encuentra: "Formular, ejecutar y controlar los planes, programas y proyectos de Seguridad Ciudadana en sus respectivas jurisdicciones". ¿Dónde están esos documentos? ¿Quiénes son los responsable de que no sean efectivos?

La primera reacción de los politiqueros, luego del macabro asesinato del alcalde de Samanco y de su asesor legal, fue pedir la declaratoria de emergencia de Áncash y la intervención de las fuerzas armadas, sin siquiera haber hecho un análisis de los planes de seguridad ciudadana que ellos mismos debieron implementar, menos hicieron un mea culpa. Este doble crimen evidencia lo vulnerables que somos los ancashinos, sobre todo en Chimbote y Nuevo Chimbote, que diariamente padecen de sicariato, extorsión, secuestro, robo, entre otros. No obstante, según el Mapa del Delito por Departamentos (enero - marzo 2015), Áncash se encuentra en la undécima posición; ni siquiera estamos en el top 5.

Aquí lo que estremece es la violencia política, cuyo origen es muchas veces las gestiones de turno que se comportan como "comandos".

Este tipo de violencia empieza atacando opositores a través de medios alquilados, creando cuentas falsas de Facebook para difamar, extorsionando críticos a través de sus arbitrios, despidiendo a trabajadores municipales en desacuerdo, mandando a golpear jóvenes inconformes, etcétera. Todo esto genera desconfianza y reprime la participación de los ciudadanos en los asuntos públicos por temor a las represalias, lo que de por sí deslegitima cualquier gobierno (es por eso que ver a algunos alcaldes pidiendo paz resulta tragicómico). ¿Quién dice algo sobre esto?

Los ciudadanos debemos pedir la declaratoria de emergencia no de Áncash, sino de los gobiernos locales, y solicitar la intervención no de las fuerzas armadas, sino de gerentes de alto nivel a través de la Autoridad Nacional del Servicio Civil (Servir), pues las actuales administraciones -regional y municipales- no han logrado implementar las políticas públicas necesarias para mejorar nuestra calidad de vida. Tampoco necesitamos marchas mediáticas, necesitamos reunirnos a analizar y discutir los planes, programas y proyectos de seguridad ciudadana, exigiendo que se prioricen campañas intersectoriales de prevención, compromiso interinstitucional y la participación multidisciplinaria de profesionales locales, nacionales e internacionales.

 

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