Chimbote en Línea (Salud).- Aunque los especialistas insisten en que la llegada del frío nada tiene que ver con el incremento de la incidencia de una patología tan común, como los resfríos y las enfermedades respiratorias agudas (Iras); lo cierto es que los alrededor de 200 virus diferentes responsables de su aparición deben encontrar muy apropiada esta bajada de temperaturas, porque en invierno sufrimos esta afección con más frecuencia que durante el resto del año (se estima que los adultos sufren dos o tres gripes cada año por término medio).
El resfrío es una afección por lo general leve pero muy molesta, cuyos principales síntomas son la congestión y la secreción nasal y los estornudos, que habitualmente se acompañan de malestar general, dolor o molestias en la garganta e, incluso, tos.
A diferencia de la gripe, no suele dar fiebre en los adultos, aunque, como explica la doctora Aurora Viloria Jiménez, geriatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el cuadro clínico se puede complicar si el paciente es fumador, sufre malnutrición o alguna enfermedad crónica, o se encuentra inmunodeprimido.
Los medicamentos disponibles alivian los síntomas, pero no sirven para reducir el tiempo que pasamos enfermos, ni para evitar un nuevo contagio
Desafortunadamente, hasta el momento no existe un tratamiento capaz de curar el resfrío. Los medicamentos disponibles alivian los síntomas, pero no sirven para reducir el tiempo que pasamos enfermos, ni para evitar un nuevo contagio. Ni siquiera el hecho de haber tenido un catarro recientemente nos libra de poder sufrir otros a continuación, ya que, como hemos señalado, existen unos 200 virus que pueden originar esta patología.
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) advierte que, en el caso de los ancianos, que pueden presentar factores de riesgo, como hipertensión, diabetes, trastornos cardiovasculares o cualquier otra patología crónica, el catarro puede suponer un perjuicio añadido para su estado de salud, y recomiendan tomar medidas de precaución para evitar el contagio en la medida de lo posible, como:
• Evitar el contacto con las personas enfermas.
• Lavarse frecuentemente las manos, o utilizar productos específicos para desinfectarlas cuando no se tenga acceso a un lavabo. Preferiblemente, emplear toallas desechables para secarse.
• No tocarse la cara (especialmente boca, nariz y ojos) después de viajar en transportes públicos, o si se ha tocado cualquier superficie y no se ha tenido ocasión de lavarse las manos.
• Consultar al médico si los síntomas del resfrío persisten más allá de dos semanas, o no mejoran, porque podría significar que se ha complicado y derivar en otras patologías como bronquitis, sinusitis, neumonía, otitis, asma…)
(Fuente: http://www.webconsultas.com)
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