MUJERES LIBRES

Chimbote en Línea.- Dejaré de escribir poemas por hoy, para decir: qué complicado resulta hablar de las mujeres siendo varón. Digo esto porque estoy seguro que decir «te entiendo» o «lo siento» son banalidades o palabras cliché que carecen de argumento si vemos con indiferencia todo lo que a diario sucede. Y no es necesario prender el televisor para darnos cuenta de lo podrido que estamos como sociedad.
 
«Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas», decía Mary Wollstonecraft, escritora y filósofa inglesa. Ella resume en una oración uno de nuestras mayores carencias como sociedad, una sociedad que está despertando lentamente y que tiene mucho que trabajar.
 
Nunca he escrito sobre mí, por el contrario, mi pluma siempre recae sobre la mujer. Ya sea que el amor de mi madre o de pareja me empujen a derramar halagos a sus presencias; es inevitable dejar de intentarlo. Pero también es inevitable pensar en qué seguimos fallando, y yo creo firmemente que el problema está en el hogar; ese nido que nos marca de por vida y que nadie se atreve a atacar con firmeza. Me pregunto a diario de qué sirven las pistas, los grandes centros de esparcimiento, aumentar la velocidad del Internet, tener grandes universidades y colegios, ganar clasificaciones, si el único motivo que une a las grandes masas es el entretenimiento, pero no las grandes y verdaderas razones. De qué sirven las grandes fiestas de nuestra cultura milenaria, si son solo una ilusión y deshonra. ¿Acaso logramos que el dolor y las muertes desaparezcan? Tal vez digas que una cosa no tiene que ver con la otra; pero si el dinero y el tiempo que dices que te falta lo invirtieras en sembrar sonrisas y curar heridas tal vez todo lo anterior tenga más sentido.
 
Merecido es el aplauso y la honra para aquellas que silenciosamente construyen un mejor lugar para sí. Y vaya, podría mencionar a muchas de nuestras ilustres representantes de la ciencia, las artes, la música, la literatura, el deporte y más, mujeres que se han convertido en ejemplo de superación, pero muchas de ellas siguen estando detrás de las noticias, porque tenemos medios de comunicación que en su mayor parte de tiempo terminan siendo inútiles.
 
Quisiera terminar con estas palabras:
 
Te quiero libre, libre de miedos y sombras, libre para andar por donde te plazca, libre para decidir y actuar bajo tu voluntad, libre de los que merecen no existir, libre del pasado, libre para llegar a donde quieras sin piedras impuestas, libre para soñar y que nadie te detenga. Te deseo libertad y respeto. Y perdón por equivocarme tantas veces.
 
 
Hace 29 años conozco a una mujer inolvidable. Ella sonríe y cura la tristeza, ella extiende los brazos y te regala paz. No sé si lo sepa, pero me hace inconmensurablemente feliz. Siempre me pregunté el porqué de tanto amor, y resulta que no existen condiciones en lo suyo. Condiciones que no deben existir para respetar, para tolerar, para luchar juntos, para querer, para que algún día digamos realmente por todas: «Feliz día, mujer». (Por: Irwin Valera Egresado de Ingeniería Civil de la UCV Chimbote)

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