Como ya se ha hecho una tradición las afueras del campo santo se convirtió en una feria con venta de comida, juguetes, flores y hasta de panetones; mientras que en su interior no faltaron los rezadores, violinistas y chirocos. Mientras que en Nuevo Chimbote, cientos de familias acudieron desde temprano para coronar a sus familiares fallecidos, en el cementerio Jardines de la Paz, llevando comida, cerveza y objetos que eran muy queridos para sus familiares que partieron a mejor vida. Se pudo comprobar que esta ancestral tradición aún no se ha perdido en nuestra región.
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