Chimbote en Línea (Especiales).- «El objetivo de la economía y de la política es servir a la humanidad», comenzando por los más débiles, reitera el Obispo de Roma, respondiendo a una carta que le envió el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, con motivo de la cumbre del G8, que reúne este lunes y martes a los países más industrializados del mundo, en Lough Erne, Irlanda del Norte.
El Papa alienta a un «cambio audaz», que le vuelva a dar el lugar que le corresponde a la persona humana, que debe estar siempre por encima de los intereses políticos y económicos, porque éstos junto con el dinero, deben servir y no gobernar.
Haciendo hincapié en que «es necesario asegurar que toda actividad política y económica, tanto nacional como internacional, haga una referencia al hombre», el Santo Padre se refiere a la responsabilidad de los gobernantes, basada en el principio de solidaridad, con especial atención a los más pobres, así como alienta la lucha para eliminar definitivamente el flagelo del hambre y para garantizar la seguridad alimentaria. Y destaca, como signo de atención a la persona humana, la protección de las mujeres y de los niños de la violencia sexual en situaciones de conflicto, aunque no hay que olvidar que el contexto indispensable para el desarrollo de todas las mencionadas acciones políticas es el de la paz internacional.
Ante las graves crisis internacionales, tema recurrente en los debates del G-8, y, que este año, no puede dejar de considerar con atención la situación en Oriente Medio, especialmente en Siria, el Papa Francisco expresa su profundo anhelo que esta Cumbre ayude a obtener un alto el fuego inmediato y duradero y a llevar a todas las partes en conflicto a una mesa de negociaciones.
La paz exige una renuncia con visión de futuro de ciertas reclamaciones, con el fin de construir juntos una paz más equitativa y justa. Además, la paz es un requisito previo esencial para la protección de mujeres, niños y todas las víctimas inocentes.
La actual crisis mundial demuestra que la ética no es algo externo a la economía, sino que es un elemento integral e ineludible del pensamiento económico y de la acción económica, escribe el Papa Francisco, recordando las palabras de su amado predecesor Benedicto XVI.
Alentando a la economía y a la política a cumplir su cometido de servir a la humanidad, «comenzando por los más pobres y los más vulnerables donde quiera que se encuentren, incluso en el vientre de sus madres», el Santo Padre recuerda la importancia de proporcionar a cada habitante del planeta ese mínimo bienestar que le permita vivir con dignidad y libertad, con la posibilidad de mantener una familia, educar a los niños, rezar a Dios y desarrollar su propio potencial humano.
El dinero y otros medios políticos y económicos deben servir y no gobernar, teniendo en cuenta que la solidaridad gratuita y desinteresada es, aparentemente de forma paradójica, la clave para el buen funcionamiento de la economía global, señala una vez más el Papa Francisco, recordando la importancia vital de poner al hombre, a cada hombre y mujer en el centro de toda actividad política y económica nacional e internacional, porque el hombre es el recurso más verdadero y más profundo de la política y de la economía y, al mismo tiempo, el fin primordial de ambas. (Fuente: Radio Vaticana).
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