Chimbote en Línea (Cuestión de Fe)El nuevo secretario de Estado, monseñor Pietro Parolín, se ha reunido esta mañana con el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede. Durante su discurso ha querido renovar el deseo de cooperar en la búsqueda de la paz y el respeto a la dignidad de cada ser humano "en una época en la que en muchas partes del mundo se enfrentan a múltiples formas de violencia y a la persistencia de las desigualdades sociales".
Asimismo, monseñor Parolín ha retomado las palabras que el santo padre pronunció el 22 de marzo en su primera audiencia con el cuerpo diplomático: "esto es precisamente lo que preocupa a la Santa Sede: el bien de todo hombre en esta tierra". A lo que el secretario de Estado ha añadido que "no podemos permanecer indiferentes ante el sufrimiento que afecta dramáticamente a los seres humanos".
También ha querido destacar que "nosotros debemos demostrar que la paz es posible, no es una utopía", subrayando que "la paz es un bien concreto que viene de Dios y que nosotros podemos ayudar a construirla gracias a nuestro compromiso personal y solidario". Para ello, ha explicado, "es necesario trabajar juntos en la construcción de una verdadera cultura de la paz, respondiendo con valentía a los desafíos que ponen en peligro una coexistencia auténtica entre las personas y los pueblos". Por lo tanto, monseñor Parolín ha precisado que la felicidad es "una de las aspiraciones más profundas del hombre". Y se ha preguntado si la misión de los diplomáticos no es precisamente trabajar para hacer el mundo más feliz a través de relaciones cada vez más fraternas.
"Como ha explicado varias veces el papa Francisco - ha afirmado monseñor Parolín - cada ser humano es creado para la alegría". Y ésta se encuentra también en los progresos "hacia la paz y hacia la concordia entre los pueblos. Es la alegría del encuentro y del compartir, del diálogo y de la reconciliación", ha indicado.
Por otro lado, ha hablado de la humanidad, para "que sea una verdadera familia, una humanidad donde el diálogo esté por encima de la guerra al regular las controversias, una humanidad donde la fuerza de los poderosos apoye la debilidad de los más pequeños, una humanidad donde la fuerza de los débiles remedie a la debilidad de los fuertes".
Ha proseguido afirmando que "sabemos cuánto los hombres y las mujeres de hoy en día necesitan encontrar en su camino personas profundamente humanas y fraternas que les den esperanza para el futuro". Al respecto ha recordado que el papa Francisco quiere que los cristianos sean estas personas profundamente humanas y fraternas y quiere que la Iglesia anuncie, testimonie y lleve la alegría.
Para concluir el discurso al cuerpo diplomático, monseñor Parolín ha indicado que el papa Francisco "quiere una Iglesia con las puertas abiertas, símbolo de luz, de amistad, de alegría, de libertad y confianza". Quiere - ha proseguido - "una Iglesia menos preocupada por reforzar sus fronteras, y más por crear el encuentro y comunicar la alegría del Evangelio".
Al acercarse las Navidad, el secretario ha deseado a los embajadores paz y alegría para que sus pueblos "puedan avanzar hacia un futuro mejor". (Fuente: Zenit.org)
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