Chimbote en Línea (Cuestión de Fe)Erwin Balagapo es de Taclobán, el pueblo filipino que fue literalmente arrasado por el tifón Haiyán. Vive en Roma, en el Pontificio Colegio Filipino. Aquí está terminando sus estudios eclesiásticos. Sin embargo, ha decidido interrumpirlos para regresar a su tierra natal porque no tiene noticias de su familia.
P. ERWIN BALAGAPO
“Yo hablé con mi familia, directamente con mi hermana pero mis padres estaban ahí, la noche antes del tifón. Decían que 'bueno, tenemos sol, se está bien... pero estamos preparados' ”.
Llegar hasta la zona cero de la catástrofe no es fácil. El aeropuerto más cercano a su ciudad quedó arrasado y las comunicaciones, cortadas.
P. ERWIN BALAGAPO
“Yo tengo la imagen de mis feligreses, de mis padres... Por eso, en seguida busqué la manera de contactar con ellos. Llamé a mi arzobispo, llamé a los sacerdotes que están allí... Vi la foto en Internet de un compañero mío del seminario que lo están buscando. Y ahora llevo 5 días sin noticias y claro yo... rezo por que estén bien ¿no? Pero con 10.000 personas muertas ahí...”.
Su plan es volar hasta Manila, una vez allí, contactar con un militar que le ha permitido entrar en uno de los aviones del ejército destinados a la zona para ayudar.
Le han dicho que lleve una estola preparada porque allí tendrá mucho trabajo.
P. ERWIN BALAGAPO
“Dicen que si ven a un sacerdote te van a pedir que bendigas y estoy imaginando lo que me voy a... la ayuda también que como sacerdote podré hacer allí. Yo tengo miedo ¿no? No sé qué me espera ahí, en mi casa. Espero ver a mis padres. Estoy imaginando ahora la cara de mi madre, de mi padre, de mi hermana que estaba aquí, y mi hermano que estaba en Bohol ayudando, y mi sobrino y... Pero en fin, lo que Dios quiera ¿no? Tal vez es fácil decirlo pero ahora es el Año de la Fe ¿no?”.
La espera de noticias de su familia finalizó pocas horas antes de viajar a Filipinas. A las 5 de la mañana recibió una llamada telefónica de su hermano. La conversación duró sólo 25 segundos porque se cortó la comunicación pero le dijeron que sus padres están bien. Por lo menos, le sirvió para dejar Italia con un poco más de esperanza.
Dice que cuando las cosas vuelvan a la normalidad se planteará regresar a Roma a terminar sus estudios. Suerte. (Romereports.com)
Comentarios
Comentar