“Ante la crisis, no hagamos como Poncio Pilato”, dice el Papa

Chimbote en Línea (Cuestión de fe)  “Frente a la crisis no puede imperar la resignación, el pesimismo hacia cualquier posibilidad para mejorar. Es un gravísimo error no involucrarse en la dinámica actual de la historia, denunciando solamente los aspectos negativos con una mentalidad semejante a aquel movimiento espiritual teológico del siglo II después de Cristo que fue llamado «apocalíptico». La desilusión lleva a una especie de fuga, a buscar islas o momentos de tregua. Es algo parecido a la actitud de Pilatos, lavarse las manos. Una actitud que parece pragmática, pero que en los hechos ignora el grito de justicia, de humanidad y de responsabilidad social y lleva al individualismo, a la hipocresía, cuando no a una especie de cinismo”.

Esto ha dicho el Papa Francisco en un reciente encuentro con el mundo académico y cultural en la Pontificia Facultad Teológica de Cágliari, Italia; reflexiones pertinentes para nuestras sociedades que enfrentan una serie de problemas sociales, que parecerían incluso no tener solución.

En insiste el Santo Padre en el valor de la solidaridad: “No hay futuro para ningún país, para ninguna sociedad, para nuestro mundo, si no somos todos más solidarios. Solidaridad, pues, como elemento indispensable para hacer historia, como ámbito vital en el que los conflictos, las tensiones, incluso los mundos opuestos llegan a una armonía que genera vida. No se dejen robar la esperanza y sigan adelante”, Palabras que cuestiona a toda la sociedad. Francisco recordó que “Jesús no fue indeciso, no fue indiferente, tomó una decisión y la sacó adelante hasta el fondo: decidió hacerse hombre y, como hombre, hacerse siervo, hasta la muerte en la Cruz”.

Entonces, “los que tienen responsabilidades políticas y civiles tienen que hacer el propio deber, que hay que apoyar, como ciudadanos, de manera activa. Algunos miembros de la comunidad cristiana han sido llamados para comprometerse en este campo de la política, que es una forma de caridad, como decía Pablo VI. Por ello, “como Iglesia, todos tenemos una responsabilidad fuerte, que es la de sembrar la esperanza con obras de solidaridad, tratando de colaborar con las instituciones públicas para que se respeten las respectivas competencias”. (Con datos de Zenit)
 

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