Chimbote en Línea  (Fray Héctor Herrera OP) Simón ha recorrido todo un camino para conocer a Jesús. Y nos enseña a descubrirlo, a salir a su encuentro para caminar con Él. Un día Jesús, como a nosotros hoy, nos dice directamente. ¿Quién soy? Tal vez demos diversas respuestas, algunas aprendidas, otras vividas. Simón le dice: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt. 16,16). Simón descubre que Jesús es el Mesías esperado, que en él está el Dios vivo que ha venido para humanizarnos y para convertirnos en divinos. Y Jesús le cambia de nombre: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra construiré mi Iglesia. Y el imperio de la muerte no la vencerá” (Mt 16,18).

Jesús le propone construir una comunidad nueva, que es obra y pertenencia de Jesús. Por eso hoy sigue animando a su Iglesia, con el don del Espíritu Santo. Y el sucesor de Pedro, el Papa Francisco, quien conoce la realidad cercana de los pobres, quiere volver esta comunidad a los orígenes del evangelio y a vivir en serio los documentos conciliares.

Una Iglesia que viva la fe en Jesús, conociéndolo, amando y dando testimonio de Él, tendiendo puentes de encuentro, de diálogo, de transparencia en un mundo que necesita credibilidad, testimonio y coherencia de vida.

 A todos nosotros creyentes nos invita a vivir esa fe de los primeros apóstoles que, como Pedro y Pablo, anuncian con valentía al resucitado, que sanan y curan las heridas en su nombre; que no temen a los ídolos del poder y del dinero, sino que movidos por el Espíritu Santo predican que Jesús es el Señor de la vida.

Francisco quiere edificar esta Iglesia con una nueva mentalidad, que vea y se acerque a la realidad de los pobres; que ellos tengan un trabajo digno, donde no se les condene a la trata de personas, sino que se trabaje por una sociedad más justa y solidaria, donde prime la dignidad de la persona.
Una Iglesia donde los pastores no seamos funcionarios, sino que salgamos a la gente para ungir a los pobres con amor y respeto, para acompañarlos en todo su proceso de descubrir a Jesús como el amigo cercano, y que sea conocido en el seno del hogar.

También al celebrar las fiestas patronales de Pedro y de Pablo, descubramos en estos seguidores de Jesús, su celo misionero, que nos impulse a una nueva evangelización, y nos convoque a practicar la Palabra de Dios, como fuente y luz de nuestra vida.

Que todos seamos comunicadores de buenas nuevas, en un mundo que necesita despertar a los valores del evangelio, de protegernos y cuidarnos los unos a los otros, de crear un clima de seguridad y de respeto.

Que todos nosotros cristianos busquemos vivir y hacer conocer el mensaje de vida de Jesús. Que tengamos la valentía y el coraje de Pedro para anunciarlo. Porque: “Ser cristiano es un don que nos hace ir adelante con la fuerza del Espíritu Santo en el anuncio de Jesucristo”, nos recuerda el Papa Francisco.

Que la fe de Pedro, confirme la fe de nuestros hermanos en Jesús nuestro amigo y maestro que nos marca una nueva era de evangelización y compromiso de hacer nuevas todas las cosas. (Publicado en Mar Adentro)