“De la mano de Dios a la justicia de los hombres”

Entrevista al presidente de la Corte Superior de Justicia del Santa

Chimbotenlinea.com (Diario Doicesano Mar Adentro).- Pocos saben que el chimbotano  Daniel Vásquez Cárdenas, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Mayor de San Marcos, y actual presidente de la Corte Superior de Justicia del Santa, fue acólito en la Parroquia  San Francisco de Asís en la urbanización 21 de Abril y que motivado por el padre Juan Davis se desempeñó  por varios años como animador de la Catequesis Familiar, la Confirmación y los grupos parroquiales juveniles de aquel entonces.

Así es, y lo más anecdótico es que impulsado por el entusiasmo y el interés por la teología y la filosofía, incluso, alguna vez tuvo la intención de llegar a ser sacerdote. Pero el doctor Vásquez Cárdenas, reconoce que si bien es cierto tenía mucha afinidad con el trabajo pastoral de la Iglesia, su vocación iba en otro sentido, no muy diferente a búsqueda de  la igualdad, la justicia social y la defensa de  los derechos de los más desprotegidos; valores que le fueron inculcados siempre en la parroquia. A continuación un extracto de la amplia entrevista que realizamos a este destacado magistrado chimbotano.

1.-¿ Dr. Vásquez Cárdenas, cómo nace su interés por estudiar Derecho?

Bueno, en realidad mis padres aseguran que yo desde muy pequeño decía que iba a ser abogado. Después, como me vieron muy sumergido en la parroquia creyeron que iba a ser sacerdote. Igual, con cualquiera de las dos vocaciones siempre me dijeron que debía tratar de ser lo más honesto y correcto, en lo que yo hiciera en la vida.

2.- ¿Cómo así se involucra en el trabajo de la pastoral?

Pues, verá, nosotros éramos de condición muy humilde, estudiamos todos (mis 5 hermanos y yo) en el Colegio Santa María Reina, en el 21 de Abril; y casi todo el tiempo pasaba en la Iglesia San Francisco de Asís, pues mis padres trabajan en comercio de aves y tenían que dedicar casi todo el día a este negocio o no comíamos. Así que me animaba mucho ir a la parroquia, además que el padre Juan Davis siempre nos asignaba tareas y nos entusiasmaba, a seguir estudiando, parece que él tenía la esperanza de que fuéramos sacerdotes.

3.- ¿Le tocó vivir una época muy dura de la subversión y estudiando en San Marcos, cómo enfrentó este tiempo?

Pues la verdad que sí, debo reconocer que muchos de mis compañeros de aula terminaron siendo seducidos y militando en el MRTA o en Sendero Luminoso. Es que la presión era muy fuerte (las décadas de los 80 y 90); y nosotros habíamos formado un grupo muy cohesionado e incluso fuimos parte de un movimiento estudiantil universitario, creo que para poder enfrentar a la subversión y no dejarnos involucrar. Y fue así, yo trabajaba mucho y estudiaba más, con pocos recursos y muchas carencias, pero logré salir adelante y graduarme. Conseguí un buen trabajo inicial en Defensoría del Pueblo y poco a poco fui escalando.

4.- Sus padres debieron estar muy orgullosos cuando fue nombrado presidente de la Corte de Justicia.

Usted  se imaginará, lo orgullosos que somos los padres de todo lo que hacen nuestros hijos. Yo he tenido la responsabilidad de ser el primer juez superior chimbotano y el primer presidente de la Corte del Santa, también de origen porteño. Eso fue un gran reto. Así que el día que me nombraron mi padre me llamó y me dijo: “solo quiero que siempre me des razones para estar orgulloso de ti y que nunca, jamás, manches el honor de nuestro apellido”. Y por eso digo que para mi es una responsabilidad doblemente grande, con mi padre y con el pueblo de Chimbote.

5.- ¿Como deben asumir los magistrados, sean del Poder Judicial o Ministerio Público, el reto de administrar justicia?

Creo que lo primero que debemos entender es que si estamos en esta posición y con esta labor de administrar justicia es gracias a la voluntad de Dios. En segundo lugar pienso que los magistrados tenemos que asumir a la Justicia como un acto de servicio y no de poder. Considero que esto es lo medular de nuestra labor, si no lo entendemos así no haremos un buen trabajo. Yo asumo todo con total independencia y es lo que digo siempre: “los únicos compromisos que tengo son con Dios y con mi familia” (Texto y fotos Mónica Gismondi Chauca).