(Fuente: Parroquia San Pedro de Chimbote - Por: Fray Héctor Herrera OP) El inicio de un nuevo año 2013 nos hace dirigir nuestra mirada hacia el niño de Belén, recostado en un pesebre (Lc. 2,16), para descubrirnos que Él es el Príncipe de la Paz. Él ha venido a traernos la paz que es un don de Dios y que es la aspiración de toda persona.
“La paz no es un sueño, no es una utopía: la paz es posible. Nuestros ojos deben ver con mayor profundidad, bajo la superficie de las apariencias y las manifestaciones, para descubrir una realidad positiva que existe en nuestros corazones, porque todo hombre ha sido creado a imagen de Dios y llamado a crecer, contribuyendo a la construcción de un mundo nuevo.
En efecto, Dios mismo, mediante la encarnación del Hijo, y la redención que él llevó a cabo, ha entrado en la historia, haciendo surgir una nueva creación y una alianza nueva entre Dios y el hombre (cf. Jr 31,31-34), y dándonos la posibilidad de tener « un corazón nuevo » y « un espíritu nuevo » (cf. Ez 36,26). (Mensaje de Benedicto XVI 46 J.M. de la Paz).
Este año se cumplirán 50 años de la creación de la Parroquia San Pedro, siendo el Primer Obispo Prelado Mons. Carlos Santiago Burke, O.P. y encomendada a los frailes de la Orden de Predicadores del Vicariato Dominico de Chimbote.
Han transcurrido desde aquel 1962 a 1997 muchos hechos que marcaron la vida, la predicación, la fe y la entrega de misioneros que motivaron a niños, jóvenes, matrimonios, familias, el Centro de Retiros Santo Domingo y el Centro de Comunicación y Promoción Social –CECOPROS SANTO DOMINGO, así como las vocaciones, quedando un solo peruano: Fr. Héctor.
En 1998 la Parroquia y la Casa San Pedro pasan de la Provincia de San José de New York, a la jurisdicción de la Provincia San Juan Bautista del Perú, para continuar la misión de evangelizar y de servicio a la construcción de la Iglesia local.
En todo hemos sido constructores de una paz que se basa en el amor, la justicia, la verdad y la reconciliación, fieles a las enseñanzas del Vaticano II y orientaciones de la Iglesia. Se ha trabajado en la formación de un laicado que apoya y construye una comunidad cristiana que crece, no sin dificultades, pero con retos profundos a vivir el Evangelio de Jesús por el camino de la paz, que significa el respeto por la dignidad de toda persona, la búsqueda de valores, la solidaridad para con los más pequeños y necesitados.
En forma silenciosa hemos contribuido a la educación y formación de algunos jóvenes. Hemos puesto el énfasis en la Catequesis Familiar y en la formación de parejas guías y animadores. El equipo de Liturgia y de lectores se ha ido formando en la misma Parroquia y con el apoyo y ayuda de la Pastoral Bíblica, Pastoral de Liturgia. Mons. José Carlos Sampedro Forner, de la Diócesis de Alicante apoyó todo el trabajo de lectores por una semana a nivel de toda la Diócesis en el Centro Santo Domingo.
Las celebraciones de las fiestas patronales de San Pedro, han sido días y motivo de evangelizar a niños, jóvenes, enfermos, personal de salud, pastoral de justicia, familiar, instituciones públicas y privadas. Pero aún hay un reto para todos los creyentes:
- Profundización en la formación y educación en la fe, sobre todo en las familias y escuelas.
- La formación teológica, bíblica y moral de los movimientos.
- La participación en una profundización de más laicos en la doctrina social de la Iglesia y las experiencias en trabajo de solidaridad.
- Reconstruir el templo de San Pedro, primer templo emblemático de la fe de los chimbotanos. Esa es una tarea primordial de todos.
Que este año sea vivido en un profundo amor a Jesucristo, como lo amó Pedro y en una disponibilidad y entrega sin egoísmos, sino buscando el bien común de lo que significa ser cristianos revestidos de los sentimientos de compasión, humildad y amor mutuo. Y que este trabajo es de toda la Comunidad Dominicana.
Que el Señor nos ilumina, nos bendiga y fortalezca en nuestra entrega, durante todos los días de nuestra vida.
Fray Héctor Herrera - Parroquia Catedral San Pedro