Por ejemplo, en procesamiento de la droga, ha habido un aparente salto hacia atrás. Ya no se exporta casi clorhidrato de cocaína, sino pasta básica. En consecuencia, ya no es tan fácil encontrar hornos de microondas o, digamos, acetona en el VRAE.
Lo que sucede es que el crecimiento de los clanes ha rebalsado el Valle y, en varios casos, ha cruzado la frontera con Bolivia, donde refinan la pasta básica y ganan mucho más en el proceso.
MEDIO DE TRANSPORTE
Otro hallazgo es que más del 80 por ciento de la droga del VRAE que sale por el Cusco va en camionetas, camiones de carga y vehículos de transporte. Las camionetas de doble cabina, especialmente las Toyota Hilux constituyen una buena fachada porque es el tipo de vehículo empleado por las compañías mineras y constructoras.
Así ahora la droga se traladaba por ‘cargachos’(mochileros) se ha reducido significativamente, mientras que el contrabando de droga oculta en vehículos se ha incrementado en el Valle.
El control en las rutas de salida de la droga por río y tierra es insuficiente. Una de las razones es el reducido número de personal para ejercer labores de control e interdicción. La segunda tiene que ver con la corrupción a nivel de las fuerzas del orden establecidas en el Valle y también de las autoridades locales y regionales.