“Están llamados a sembrar esperanza” exhorta Obispo a comunidad universitaria santeña

Chimbote en Línea (Cuestión de fe) “La Universidad Nacional del Santa está convocada a sembrar la esperanza, a invadir de luz para que los jóvenes puedan elegir el camino adecuado; llamada a formar personas capaces de discernir los valores auténticos y denunciar los antivalores”, así terminó la conferencia que esta mañana ofreció el Obispo de Chimbote en la ceremonia de apertura del Año Académico 2014 en la UNS.

“Desafíos del presente para la Universidad” fue el título de la conferencia que Monseñor Ángel Francisco Simón Piorno ofreció a un atento auditorio, compuesto por docentes, personal administrativo y estudiantes santeños, principalmente ingresantes en el reciente examen de admisión.

La exposición del Obispo, en una primera parte, se refirió al silencio que existe en la sociedad, y el campo de la ciencia y el estudio en torno a Dios. Fue la primera vez que la UNS, en sus ya casi 30 años de institucionalización, encargó a una autoridad eclesiástica la charla inaugural del año académico.

“Para el hombre moderno es más fácil ver a Dios como represión”, dijo y lamentó que ello conlleve a la crisis ética del mundo globalizado: violencia familiar, corrupción, asesinatos, secuestros, trata de personas, torturas, abortos, drogadicción, prostitución, etc.

Mons. Simón Piorno dedicó una gran parte de su ponencia a describir la situación de inseguridad ciudadana y violencia, especialmente la que se vive en la región Áncash; afirmando que ésta tiene raíces profundas, que existe un sistema que disimula el delito y que se ha instalado en los ámbitos de la política y la administración de justicia, donde se impone la coima y la corrupción.

“Es más fácil gobernar en una sociedad con miedo” expresó el Obispo, lamentando que el Estado no haya sido capaz de ofrecer seguridad a los ciudadanos, que no haya podido atacarla desde todos los frentes. Luego hizo una dura crítica a los medios de comunicación por exponer la violencia con crueldad, sin respetar al auditorio, ni a las víctimas ni a sus familiares. (Por: Nora García) 
 

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