¿Por qué?
La respuesta es obvia, ante esta situación sólo les preocupan dos cosas: vender y resultados inmediatos en todas las acciones que pongan en marcha.
Por este motivo, estas empresas no realizan un análisis previo identificando en que redes sociales encaja mejor su producto o servicio, no planifican una estrategia en estos canales, olvidan el hecho de que el público no está en redes sociales con el objetivo de comprar, si no que están en estos canales para comunicarse con sus familiares y amigos, buscar información de interés, por entretenimiento o para hacer nuevos contactos.
Tampoco cuentan con la opinión y el asesoramiento de profesionales, ni forman a las personas sobre las que recae la responsabilidad de la gestión de estas herramientas, no siendo conscientes del alcance que puede tener un mal uso de las mismas y por supuesto no miden resultados más allá de lo que entra en caja.
Por el contrario hay empresas que, conscientes de la importancia que tienen las redes sociales, tratan de formarse acudiendo a eventos sobre la materia. En todos los eventos dirigidos a empresas se les explica que las redes sociales son un canal en el que dar a conocer a la empresa, en el que la empresa puede ofrecer una imagen más humana y cercana, donde hay que interactuar con los seguidores ofreciéndoles contenidos que sean de su interés, de donde sacaremos información muy valiosa y de primera mano que permitirá a la organización mejorar productos, servicios o procesos, donde no puedes dedicarte a ser un spammer porque conseguiríamos el efecto contrario, etc.
Y estas empresas cuando salen de estos eventos, salen convencidas de que es así como hay que estar o si no mejor no estar. El problema es que en casi todas las ocasiones no se baja al terreno obviando que parte del público que acude a estos eventos, y tal y como pudimos comprobar por los datos que publicó el INE hace escaso días, en muchos casos no tiene una web corporativa, o lo que es más grave, no usa herramientas tan básicas como el correo electrónico para comunicarse con clientes y proveedores.
Evidentemente este tipo de PyME no llega a comprender de qué se les está hablando realmente, llegando incluso a pensar que abriendo una página en Facebook, que en algunas ocasiones no saben hacerlo, pueden llegar a suplir una web corporativa de la organización.
Por el contrario aquellas que aplican lo aprendido y entran en Redes Sociales, cometen el error de no asignar esta responsabilidad al departamento de marketing o comunicación, departamento de quién debería de depender puesto que estamos hablando de canales de comunicación. Esta responsabilidad puesta en manos de un departamento comercial, la experiencia nos dice que más pronto que tarde se termina haciendo spam a través de los mismos.
Toda la situación descrita, desde mi punto de vista, puede que sea una de las causas fundamentales por las que las PyMES y los pequeños empresarios no están sabiendo utilizar y aprovechar estas herramientas por las que podrían obtener importantes resultados para sus organizaciones y para la imagen de su marca en Internet. (Responsable del Departamento de Comunicación y Social Media Manager en la Confederación Vallisoletana de Empresarios - CVE).