Chimbote en Línea (Reflexiones - Por: Fray Héctor Herrera) Pienso en el joven Francisco de Asís, valiente, decidido, cansado de la guerra y de las riquezas quiere desnudarse y despojarse de todo para reconocer que sólo tiene a Dios por Padre. ¡Qué grandeza de corazón y humildad que lo hace buscar la verdad y el tesoro que es Dios! Pero Francisco además escuchó la voz del crucificado: ¡Francisco, reconstruye mi Iglesia!

Han pasado casi 800 años de aquella experiencia de fe y espiritualidad, que marcó a la Iglesia de aquel tiempo, volviendo su mirada al Evangelio, al  Jesús alegre, al amante de la paz, de la creación y de las criaturas. El joven Francisco se convirtió en el Evangelio viviente.

Hoy, un hombre sencillo quiere despojarse de todos los atuendos para tomar el nombre de Francisco; porque desde su elección el 13 de marzo de 2013, escuchó la voz de su amigo el cardenal Claudio Hummes “No te olvides de los pobres”. Y Francisco entró en el corazón del cardenal Jorge Mario Bergoglio, tomó el nombre del pobre de Asís, como él mismo confesó: “Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación”.

Y esto es lo que marca la vida del nuevo Obispo de Roma Francisco, su sencillez y humildad, su transparencia y cercanía a la gente, su deseo que toda la Iglesia se inserte en ese dialogo, acompañamiento y misión que de testimonio y haga conocer a Jesús vivo y resucitado, que transmita alegría y esperanza y que acoja el grito de los pobres y excluidos.

La convocatoria por la paz  a todas las religiones y a las personas de buena voluntad ha tenido una repercusión profunda en el corazón de una humanidad desgastada y cansada por las guerras fratricidas. Y su encuentro en Asís el 4 de octubre, seguramente la paz estuvo en su corazón. (Fundador de CECOPROS)