Chimbote en Línea (Cuestión de Fe).-Es la primera ceremonia pública en la que participa Benedicto como Papa emérito. Asistió en primera fila, junto a los "cardenales obispos”. Llevaba un abrigo blanco para protegerse del frío de la basílica.
Francisco llegó algunos minutos más tarde, rompió el protocolo y le saludó así.
Benedicto reaccionó con timidez cuando lo mencionó Pietro Parolin, el más veterano de los 19 nuevos cardenales.
CARD. PIETRO PAROLIN
"Saludamos con el mismo afecto y veneración al Papa emérito, Su Santidad Benedicto XVI, contentos de que esté aquí entre nosotros”.
En su discurso, Francisco explicó a todos los cardenales lo que la Iglesia se espera de ellos.
FRANCISCO
"La Iglesia necesita vuestro valor para anunciar el Evangelio en toda ocasión, oportuna e inoportunamente, y para dar testimonio de la verdad. La Iglesia necesita vuestra compasión sobre todo en estos momentos de dolor y sufrimiento en tantos países del mundo”.
El Papa recordó también a los hombres y mujeres perseguidos o discriminados por su religión, aunque no sean cristianos.
FRANCISCO
"La Iglesia necesita que recemos por ellos, para que sean fuertes en la fe y sepan responder el mal con bien. Y que esta oración se haga extensiva a todos los hombres y mujeres que padecen injusticia a causa de sus convicciones religiosas”.
Era la primera vez que Francisco imponía la birreta cardenalicia. Al principio lo hizo con solemnidad, y después con emoción.
Como históricamente, los cardenales procedían del clero de Roma, ahora los Papas les confían una iglesia de la Ciudad Eterna. Al arzobispo de Buenos Aires, Marco Aurelio Poli le asignó la misma que él tenía antes de ser elegido Papa.
Y ya que el nuevo cardenal de Costa de Marfil Jean-Pierre Kutwa iba en silla de ruedas, el Papa se acercó personalmente para entregarle la birreta y el anillo cardenalicio.
Tras esta ceremonia, el número de cardenales electores pasa a 122. Además, hay otros 96 cardenales mayores de 80 años.
A la ceremonia participaron otros dos jefes de Estado: la presidenta de Brasil Dilma Rousseff y el presidente de Haiti, Michel Martelly.
El coro también tuvo un significado personal para el nuevo cardenal de Londres, porque era la primera vez que cantaban juntos la Capilla Sixtina, que es el coro oficial del Vaticano, y el coro de la Catedral de Westminster.
La basílica de San Pedro estaba especialmente engalanada por la fiesta de la cátedra de San Pedro. La majestuosa cátedra de San Pedro, hecha por Bernini, estaba decorada con velas. También la estatua de San Pedro, de Arnolfo di Cambio, llevaba las vestiduras pontificias.
De hecho, Francisco primero se despidió de Benedicto, y antes de abandonar la basílica, rezó unos instantes ante esa estatua de Pedro. (Fuente: Romereports)
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