Chimbote en Línea.- A través de una carta remitida desde el penal de Cambio Puente a su hermana, Maribel, el líder político del movimiento Juntos por el Cambio, Juan Calderón Altamirano, detalla todo lo que ha tenido que vivir desde que no aceptó una propuesta.
En la carta de 3 hojas al que tuvo acceso en exclusiva Chimbotenlinea.com, se lee en el encabezado: “Querida Hermana: he pensado lo que me sugeriste y la verdad a que tienes razón, debo dejar por escrito lo que te conté en la anterior visita”.
En la misiva detalla que el día en que se desarrolló la audiencia pública descentralizada en Chimbote, la Procuradora Nacional Adjunta, Jenny Vilcatoma se comunicó con él a través del teléfono celular del efectivo de seguridad de la Policía Nacional, Javier Ayala, para solicitarle una reunión con el procurador Anticorrupción, Cristhian Salas Beteta, en la que le dijo:
“Señor Calderón necesito un colaborador que sea capaz de declarar algunas cosas que después le explicaré, el problema es que estamos contra el tiempo señor Calderón”, señala la carta, indicando que la hora de la llamada se registró a las 10 a.m…“le contesté que me encontraba en la ciudad de Lima y que le devolvería la llamada”, se lee.
El ex comando señala que al promediar las 4 de la tarde del mismo día, otra vez, Jenny Vilcatoma le recuerda que Salas Beteta le esperaba en el hostal Remanso, ubicado en la avenida Anchoveta, reiterándole que debería colaborar porque era muy importante comprometer al fiscal, Dante Farro Murillo y a los congresistas apristas, Velásquez Quesquén y Mauricio Mulder en la mafia enquistada en la región Áncash
…“Que declare que Farro recibía 30 mil nuevos soles mensuales y que los congresistas recibían dinero de parte del señor Álvarez. Que declare nomás, porque ellos tenían documentos que prueban que los congresistas defendían a Álvarez en el Congreso”.
Calderón Altamirano escribe que en ese momento trató de cortar la comunicación aduciendo que en media hora lo llamaría para encontrarse en el hotel y la procuradora adjunta le respondió “No me falle señor Calderón, el Dr. Salas sabe de todo lo que estamos hablando”.
En el escrito hace mención que cuando llega al hostal, lo esperaba el Procurador Christian Salas y después de saludarlo le mostró una hoja de papel donde se observaba un organigrama con nombres de los que él consideraba la organización criminal en Áncash.
… “estaba preocupado, lo noté ansioso, al parecer esperaba que le diga algo. Hablamos de Chinecas, de los congresistas del Apra, de Heriberto Benítez, de Victor Crisólogo, de los crímenes en Áncash. Y para sorpresa mía, en voz baja y casi al oído me preguntó: ¿La doctora Jenny Vilcatoma ha conversado algo con usted?, en lo que le respondía que no, solo con el movimiento de cabeza”…
Con eso según él (Calderón) pudo comprobar que la Procuraduría venía reclutando colaboradores con testimonios falsos o con declaraciones a medias verdades. “en ese momento traté de evitar mayor conversación y le dije que tenía documentos importantes en mi carro y le dije que tenía unas copias en mi oficina, me despedía diciéndoles que regresaría, pero jamás regresé”, detalla la carta.
El quien alguna vez fue del entorno de Álvarez Aguilar, le dice a su hermana que nunca se imaginó que por negarse a ser parte de este complot terminaría en la cárcel. Le recuerda que fueron 20 días detenido en Lima, expuesto duramente ante la prensa nacional y extranjera como integrante de una organización criminal.
“Encima oficiales de la policía y un fiscal trataron de convencerme que me acoja a la confesión sincera (es decir que confirme que recibí dinero de Álvarez para entregarlo al fiscal Dante Farro”, detalla.
Dijo que en el Segundo Juzgado Penal Nacional denunció este atropello ante el juez y señaló a uno de los responsables, el fiscal que precisamente se encontraba en la audiencia.
Fue entonces que el juez de esta instancia decide seguir el proceso con mandato de comparecencia restringida, pero una vez más una orden de captura le impide abandonar el Juzgado…“esta vez por el caso La Centralita”, subrayando que el pedido alcanzó a 50 ciudadanos acusados por el delito de asociación ilícita para delinquir y peculado.
Luego de ello presenta un recurso de apelación al mandato de detención, sin embargo, su derecho se vio vulnerado según él gracias a la intromisión del procurador Salas, quien solicita que el caso sea trasladado a la ciudad de Lima, por lo que no pudo realizarse la audiencia pública.
Al final de la carta, Juan Calderón le pide a su hermana, Maribel, lo guarde en un lugar seguro y que solo debería hacerlo público si es que algo le sucediese dentro del penal (Cambio Puente) donde hoy se encuentra recluido o en el peor de los casos si se ordena su traslado al penal de Piedras Gordas de Lima.
Vale recordar que en esta carta se da a conocer lo que cuenta el líder de Juntos por el Cambio, pero solo las investigaciones determinarán lo que verdaderamente ocurrió en la región. (Por: Unidad de Investigación)
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