FILTRO no hubo en los partidos y movimientos políticos para seleccionar a sus candidatos al Congreso de la República, que al paso del tiempo la calidad profesional y moral de sus miembros ha ido en desmedro. Tampoco el JNE tuvo la capacidad de contrastar la información de las hojas de vida de los candidatos. Y hoy el parlamento afronta un escándalo moral, cuando ha empezado a difundirse las denuncias, delitos e investigaciones contra los fiscalizadores. ¡Filtro ético tiene que ser una práctica siempre!