Blondet comentó a la agencia Andina que el proceso y condena contra el exmandatario Alberto Fujimori (1990/2000), y la investigación al expresidente Alan García (2006-2011) por presuntas irregularidades en su gestión "está dando una señal al mundo de una saludable práctica de rendición de cuentas" en el país.
Recordó que el caso de Fujimori ha sido paradigmático, ya que el exmandatario huyó del país tras los escándalos de corrupción y haber cambiado la Constitución para postular a una tercera gestión consecutiva. Fujimori fue condenado en 2009 a 25 años de cárcel por violación a los derechos humanos y corrupción.
Estimó que la denominada "megacomisión" que investiga presuntas irregularidades en los colegios emblemáticos durante el gobierno aprista se viene conduciendo de manera ecuánime y dijo esperar que no se politice el tema. "Estamos ante una investigación en un régimen democrático, en el que se presentan cargos y descargos", anotó.
Consideró que la rendición de cuentas en el Perú se debería aplicar "por oficio a todos los jefes de Estado cuando terminan su gestión, a fin de someterse a una evaluación, sobre todo cuando hay dudas".
"La rendición de cuentas es muy importante y va de la mano con la transparencia y los mecanismos de control tanto horizontal como vertical", dijo a Andina la representante de Proética, capítulo peruano de Transparencia Internacional.
Sostuvo que la corrupción afecta la moral de la sociedad y la democracia en el sentido de respeto, pues "tiene relación directa con la confianza en la ley y el Estado de Derecho, en las autoridades y en el cumplimiento de la ley".
"Si nuestras autoridades son corruptas y promueven una imágen de corrupción, entonces toda la sociedad va a contagiarse y afectarse con eso. Si tenemos autoridades probas, sistemas de control regular y mecanismos de participación, de información y de rendición de cuentas, de hecho la moral de la sociedad será mucho más íntegra, lo que trae consigo la confianza y credibilidad en el sistema político, en el ordenamiento de la sociedad", comentó.
Lamentó que en el país exista "un problema de desconfianza y credibilidad brutal, porque tenemos autoridades que hacen lo que les da la gana con el poder".
Blondet indicó que la corrupción también tiene efectos negativos en lo económico y social. "Hay casos en que los recursos destinados para atender problemas sociales, mejorar hospitales y escuelas, y para inversiones en aspectos fundamentales del Estado, terminan en los bolsillos de los funcionarios, autoridades, políticos o de quienes actúan como ladrones", añadió.