Chimbotenlinea.com (Por Nora Garcia).- Con la presencia de más de 300 fieles en el templo del Santuario Nuestra Señora de Guadalupe (Nepeña) y una veintena de sacerdotes, el Obispo de Chimbote ordenó diácono a Marco Antonio Huaripata; quien emocionado agradeció a sus familiares y especialmente a sus padres por haberlo formado en la fe y acompañarlo ayer en tan importante ceremonia.
Monseñor Ángel Francisco Simón Piorno exhortó a Marco Antonio a vivir su diaconado con intensa fe, “pues será lo único que te sostenga en tu camino de vivir el sacerdocio”; tras animarlo a asumir con entrega su encargo de administrar y pastorear la parroquia de Nepeña en adelante, trabajando en armonía y cooperación con las religiosas, los grupos parroquiales y las autoridades del lugar.
El Obispo recordó en su homilía las tareas primordiales de un diácono y le señaló la ruta al joven cajamarquino que decidió venir a servir a esta Diócesis de Chimbote. En primer lugar, anunciar la Buena Nueva, llevando la palabra a los lugares más recónditos del ámbito parroquial.
Administrar la eucaristía, especialmente a los enfermos y aquellas personas impedidas de asistir al templo, deberá ser otra de sus actividades pastorales. Y vivir la caridad y solidaridad con los más pobres; “y no sólo de aquellos pobres materiales, sino y sobre todo, con los pobres de espíritu”, dijo monseñor Simón Piorno quien impuso sus manos sobre el seminarista.
El padre Domingo Torres Vallejo fue quien presentó al candidato a la ordenación sacerdotal. Los padres de Marco Huaripata fueron los encargados de revestirlo con la casulla, y uno de sus más queridos formadores del seminario de Jaén llegó para cantar las letanías junto al pueblo de Dios.
Fue una ceremonia cargada de fe y emotividad, especialmente del joven ordenado; quien expresó el agradecimiento a sus padres y formadores, recibiendo luego el abrazo fraternal de cada uno de los presbíteros presentes.
Varios sacerdotes de diversas parroquias del campo y la ciudad asistieron a la celebración; así como religiosas y fieles de parroquias aledañas y de Chimbote. Destacó la animación del coro parroquial guadalupano.
La ordenación sacerdotal coincidió con la celebración de la eucaristía de fiesta en honor a la Virgen María, en la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe; por ello la misa terminó tradicionalmente con el canto de la Salve, Las Mañanitas y el Feliz Cumpleaños a la patrona del pueblo.