Chimbote en Línea (Periodismo Escolar - Por: Jerson Pérez) No es noticia nueva que la población de cualquier comunidad que tenga representantes políticos tenga, en alguna parte de la misma, disconformidad con sus autoridades. Es más, es casi utópico que un país en más de un 80% se encuentre conforme con sus autoridades en turno, sea nacional, regional, o un grupo local.
Debemos afrontar el hecho de que el mando de una comunidad grande como son las localidades, regiones y naciones, otorga un poder (lucrativo y administrativo) bastante tentador, que corrompe de alguna u otra manera a estas autoridades, que trabajan juntas en complicidad para que el pueblo no lo vea, en manera sencilla de resumirlo.
Los problemas serios surgen cuando salen a la luz los actos de corrupción y se ven reflejados en consecuencias nocivas como el abuso de poder, el asesinato indiscriminado, manejo de la ley judicial (coimas, etc.), censura a la información y libertad de expresión, etc.
Es como si un grupo pequeño de supervivientes se diera cuenta que muchas otras personas ya encontraron su balsa y su botín y sin previo aviso comienzan a atacar con el fin de defender su "preciada" fortificación.
No hay medida para combatir con el poder, pues porque no se debe combatir al poder en primer lugar, sino la respuesta de la población ante este abuso de poder. La poca reflexión en la elección de autoridades y la constante indiferencia de la misma comunidad deja en el poder a malos elementos que reflejan en la sociedad lo que irremediablemente, tarde o temprano, debe llegar.
Dicho esto, temas controversiales como la reelección de César Álvarez como presidente regional, y hasta temas menores como el escándalo de los Tribunales de Justicia que brindan libertad y sanciones tontas a violadores o extorsionadores con razones triviales como “falta de pruebas” (a pesar de tener hechos concisos y muchas pruebas circunstanciales e incluso testimonios), se nos presentan solo como una evidencia más de este problema.
Debemos poner ante todo esto como un elemento importante la protesta de un grupo de personas contra lo irremediable, pues esto refleja que el pueblo no ha sido “zombificado” aún.
¿Se puede justificar una lucha de elementos de un mismo campo, como lo son el pueblo y las autoridades? Bajo un criterio popular, sí... Pero bajo un análisis a fondo no tiene sentido, pues ambos, pueblo y autoridad, son parte de un solo mecanismo de circuitos... un mecanismo que de manera irremediable alguien más grande, que tiene una vista en tercera persona de nuestra realidad, tendrá que solucionar con medidas de fuerza...
Estos son mis pensamientos, y al verlos plasmados, me preocupo, pues no me encuentro muy lejos de alcanzar la mayoría de edad. Y cuando ese día venga, se me darán las armas que causan muchas veces conflictos titánicos en la política: mi DNI de ciudadano, y con ello, una pluma y una cédula para plasmar mi voto.
Muchas veces, opino yo, que la imposibilidad de reconocer nuestra culpa frente a los problemas a los que nos enfrentamos socialmente, es lo que nos asusta más, y lo que precisamente queremos evitar.
Comentarios
Comentar