Chimbote en Línea (Por: América Odar Rosario*)  El libertador Simón Bolívar sabiamente dijo: “El profesor debe ser un hombre distinguido por su educación, por la pureza de sus costumbres, por la naturalidad de sus modales, jovial, accesible, franco, en fin en quien se encuentre mucho por imitar y poco por corregir”

Por ello, considero que nuestra labor va más allá de las aulas. Debemos entender que el alumno es él y su entorno, que necesita ser motivado y que crea que la asignatura que cursa es importante en su formación profesional; que es capaz de aprender y lograr una calificación satisfactoria, que puede contar con nosotros siempre ante una dificultad no sólo académica, que también nos motive a estar actualizados siempre, que tengamos presente que todos los alumnos no tienen el mismo ritmo de aprendizaje...

Hagamos de nuestro estudiante una persona contestataria que diga sin temor lo que piensa, que sepa que lo que dice será valorado por nosotros y  compañeros. Prediquemos con el ejemplo. En el momento de desarrollar un tema, demos todo lo que en ese momento conocemos del mismo, no nos guardemos nada.

Aun cuando no somos profesores por formación considero que cada uno de nosotros debe, poco a poco, desarrollar sus propias estrategias para lograr un aprendizaje significativo; porque no hay nada más reconfortante que salir del aula convencidos de que nuestros alumnos han valorado y aprendido.

El alumno valora a un docente responsable, justo y respetuoso y eso es lo más bello de esta noble profesión. Permítanme repetir lo que en una sesión de Consejo Universitario de la UNS dije: “Yo mato por mis alumnos”, en el mejor sentido de la palabra; porque todos están en mi corazón.

Recuerden, nuestros alumnos no tienen opción a elegir a sus docentes, la práctica les impone al docente, sino tal vez muchos nos quedaríamos sin alumnos.

(*) Rectora de la Universidad Nacional del Santa.