Chimbote en Línea. - En un escenario dominado por los negocios digitales, las redes sociales y la generación constante de contenidos, la propiedad intelectual se ha convertido en un activo valioso, aunque frecuentemente olvidado.

En este contexto, Luis Diez Canseco, decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Humanas de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), destaca la importancia de identificar y blindar los activos intangibles desde el inicio de cualquier proyecto.

Marcas y derechos de autor: el punto de partida. Para el decano, los empresarios deben comprender que su marca, diseño, software o contenido digital son elementos que forman parte del valor económico de la empresa. “Las marcas permiten posicionar productos y servicios en la mente del consumidor, mientras que los derechos de autor protegen el contenido visual, audiovisual y creativo que se produce para atraer al público”, explica.

En este sentido, registrar la marca y los derechos de autor no solo evita copias o usurpaciones, sino que fortalece el valor comercial del negocio. “Es un acto sencillo, económico y que muchos emprendedores aún subestiman”, advierte Luis.

Buenas prácticas para prevenir conflictos. Uno de los riesgos más frecuentes en entornos digitales es infringir los derechos de terceros. Frente a ello, el decano recomienda no imitar ni aprovecharse de marcas ajenas, y tener claridad sobre los límites legales en el uso de imágenes, música o material de terceros en campañas de marketing y redes sociales. “Respetar la reputación y la propiedad de otros es clave para evitar sanciones o conflictos legales”, indica.

Además, sugiere contar con asesoría legal interna o externa especializada en propiedad intelectual, y establecer políticas claras dentro de la empresa sobre el uso de contenidos protegidos.

Monitoreo y protección permanente. Detectar usos indebidos de contenido digital también es parte de la estrategia. Según Diez Canseco, hoy existen múltiples plataformas que permiten rastrear imágenes, textos o videos utilizados sin autorización. Aunque evita mencionar nombres específicos, resalta que todas las grandes herramientas tecnológicas permiten realizar cruces de información y establecer alertas para actuar de inmediato.

Retos de la inteligencia artificial. Mirando hacia el futuro, el uso de inteligencia artificial plantea desafíos sin precedentes. “¿Quién es el dueño del contenido generado por una IA? ¿El que hace la pregunta, el que entrena el modelo o la aplicación misma?”, plantea Diez Canseco. Estas interrogantes, señala, serán motivo de intensos debates legales y requerirán tratados internacionales que definan nuevas reglas del juego.

Preparación constante. Finalmente, el decano de la UTP recomienda mantenerse informados sobre los cambios normativos y tecnológicos. “El entorno digital evoluciona muy rápido, y quien no protege su creatividad desde el inicio corre el riesgo de perderla en segundos”, concluye.