Chimbote en Línea.- Una empresa peruana ha fabricado un tipo de ladrillo resistente a la humedad y al frío que reduciría los niveles de contaminación y simplificaría los procesos de construcción de viviendas, sobre todo en zonas rurales.
Se trata de Kontiki SAC, cuya reciente iniciativa de ladrillos ecológicos fue seleccionada para recibir un financiamiento de ProInnóvate, aunque la búsqueda de apoyo adicional continúa a fin de poder masificar la producción.
El gerente general de la compañía cusqueña, Adolfo Terrazas Olivera, señala a la agencia Andina que el proyecto nació en el 2017, cuando se pudo comprobar que ciertos polímeros (aditivos no tóxicos que se importan de Suiza para la estabilización de carreteras) eran útiles para elevar el poder o el uso de las tierras de 3 a 27 veces su capacidad.
Terrazas explica que estos polímeros cambian la polaridad del suelo, dándole valor a la tierra inservible que se desecha durante los procesos de construcción de carreteras. La empresa peruana consideró que se podrían utilizar para hacer ladrillos, que usualmente se fabrican de tierra.
Una industria excesivamente contaminante
Luego de ver los altos niveles de contaminación que produce la industria de los ladrillos, Terrazas consideró que hacerlos del material en cuestión sería más beneficioso para el medio ambiente. "Los ladrillos convencionales son cocidos. Se les quema a altas temperaturas y se utiliza un sinfín de combustibles", señala Terrazas.
Por este motivo, el proyecto contempló producir ladrillos ecológicos que no dañen el medio ambiente en su proceso de fabricación, ya que no intervendría ningún tipo combustible o algún otro elemento nocivo para el ecosistema. A la fecha, para que los ladrillos tradicionales tomen la resistencia que poseen son "cocinados" a altas temperaturas en hornos. Para ello, se usan llantas, madera, etc.
Los ladrillos ecológicos se diferencian en que su secado es al frío. A pesar de ello, son igual o más resistentes que los ladrillos convencionales. Además, son impermeables, lo que resulta favorable para las comunidades altoandinas en cuyas casas hechas de adobe penetra la humedad y el frío durante las heladas (cuando se alcanzan temperaturas de hasta -20 C°).
"Visitamos muchas comunidades altoandinas y vimos las precarias condiciones de vida en esos lugares. Viven como hace 200 años: en piedra con barro y el hábitat interior es un congelador", expresa Terrazas.
Por ello, una de las medidas preventivas es que se pueda mejorar las viviendas en esas comunidades, llegar con una unidad estructural, que no tenga un costo adicional, y darle trabajo a las personas que viven en esas comunidades. Es todo un sistema sostenible en el tiempo.
Incluso, el proceso de producción de estos ladrillos es fácil y de corta duración. Hacer un bloque puede tomar hasta nueve días, la mitad del tiempo que toma hacer uno comercial, que usualmente ronda los 18 a 20 días. Por el momento, hay tres tipos de ladrillos disponibles: el macizo, de dos alveolos y el tipo canaleta.
Según precisa Terrazas, el ladrillo ecológico de dos alveolos es el más recomendable debido a su fiabilidad y la facilidad que otorga para construir viviendas. Al tener dos cúpulas sobre sí, su unión con otros bloques se asemeja a las piezas de juguete de Lego. Para su ensamblaje se podría usar solo goma industrial y tierra, luego de armarse una cimentación simple, agrega.
Luego de cuatro años, la iniciativa superó las pruebas técnicas requeridas por el gobierno. Recientemente, esta propuesta tecnológica y de innovación fue financiada con casi S/ 150 mil soles por parte de ProInnóvate, programa del Ministerio de Producción. Otros gastos fueron cubiertos por la compañía, teniendo una inversión total de S/ 450 a S/ 500 mil soles.
Otros beneficios de los ladrillos ecológicos
El costo de producción de estos ladrillos es hasta un 20% más económico que el de los ladrillos convencionales. Su tipo de resistencia variará dependiendo del tipo de construcción, según Terrazas. "Si se necesita un ladrillo que resista mayor peso por cm2 de resistencia, se fabrica. Esa facilidad es posible".
En nuestro país, este tipo de ladrillo no es muy común, considera Terrazas, pero en otros países es usado frecuentemente. "Es algo diferente, pero se usa en otros lados, no hay razón para no usarlo".
Otro aspecto importante es el costo del transporte, el cual encarece los precios de los ladrillos. El proyecto se enfocó en la idea de producir en cantidad (llevar equipos e insumos a la zona de producción) para poder fabricar los ladrillos y construir las casas. "Hemos pensado en la logística adecuada que nos permita abaratar costos".
Aunque no se han hecho pruebas antisísmicas, Terrazas considera que, por su fabricación, estos ladrillos sí son resistentes a fuertes movimientos telúricos. Lo único que se debe adaptar es el sistema de construcción; es decir, uno que pueda explotar al máximo la resistencia de estos bloques, los cuales se podrían usar incluso en zonas urbanas y casas de playa, refiere. Además de ladrillos, los polímeros podrían servir para fabricar tejas, tuberías, etc.
En el equipo de trabajo también participan los ingenieros civiles César Arbulu Jurado (ingeniero investigador) y Jason Sosa Trujillano (ingeniero de campo). El proyecto cuenta además con el apoyo Universidad Particular Andina del Cusco. (Fuente Andina)
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