Perú vivió en las décadas de los ochenta y noventa un periodo de violencia iniciado por el terrorismo, que dejó miles de víctimas, entre campesinos, estudiantes, policías y militares; además de ingentes pérdidas económicas para el país.
Según la CVR, desactivada tras la presentación de su informe, alrededor de 70,000 personas, en su mayoría campesinos, murieron entre 1980 y 2000 debido, principalmente, a la violencia de los grupos terroristas.
Lerner Febres indicó que si bien en torno a las reparaciones a las víctimas de la violencia hubo un impulso en el gobierno anterior, con la creación de un registro de víctimas y el inicio de un programa de reparaciones, ello fue insuficiente.
Refirió que ahora es necesario avanzar en una política de reparación integral, que reconozca a quienes padecieron la violencia en su condición de víctimas, y que ello vaya acompañado por una reparación individual.
“Es necesario reconocerlas de una vez, en su condición de víctimas, que fueron afectadas y que necesitan una reparación simbólica, moral, pero también material”, afirmó.
Sostuvo que el informe de la CVR sólo fue cuestionado en su momento por algunos sectores del fujimorismo y del aprismo –por las responsabilidades de sus pasados gobiernos en ese periodo de violencia–; pero la mayoría de peruanos lo aceptó como un documento válido de testimonio y reflexión, según las encuestas de ese entonces.
Abogó por desarrollar una política educativa para que los jóvenes en las escuelas sepan y saquen sus conclusiones de lo que significó este penoso periodo de la historia del país.
Consideró que sería conveniente que esta política se ponga a cargo de educadores capacitados, alejados de cualquier tendencia política partidaria.