En el caso de Humala inicialmente era un planteamiento nacionalista redistributivo que se expresaba en una posición muy firme sobre el impuesto a las sobreganancias. Esa posición se ha ido moderando, y en el “Compromiso con el pueblo” se habla de respetar los contratos vigentes. Ultimamente habría una discusión en torno a mantener la propuesta del impuesto a las sobre ganancias o plantear un incremento del impuesto a la renta (IR) o la determinación de una escala móvil del IR en función de la tasa de ganancia de las inversiones.
En ambas propuestas se extrañan puntos de vista claros sobre problemas centrales, por ejemplo, que hay sectores de la población que no quieren la minería porque consideran que esa actividad consumirá y/o contaminará el agua que necesitan para la agricultura, hay un tema de visiones distintas del desarrollo, como en el proyecto Tía María.
Otro tema es quién decide el uso del territorio. Cajamarca culminó un proceso de Zonificación Económica Ecológica, emitió una ordenanza y ahora le corresponde tomar las decisiones sobre el Ordenamiento Territorial, pero sale el Ministro del Ambiente a decir que eso es inaceptable e inconstitucional y se genera un conflicto.
En el caso de Humala, si ha habido respaldo desde Brasil a su candidatura, que eso no signifique que un posible gobierno de Gana Perú comprometa la independencia del Estado peruano en las decisiones que tenga que tomar con el Brasil. Por ejemplo, un eventual gobierno de Humala debería tener la firmeza de decirle a Brasil que el Acuerdo Energético no va.
Pro otro lado, la alianza con Brasil sería cuestionable si eso significa compartir una visión de desarrollo que tiene como eje una actividad extractivista que destroza la Amazonía, como en el caso de la construcción de la represa de Belo Monte.