Cómo está afectando el estrés y el aislamiento social en Perú

Chimbote en Línea.- La salud mental en el Perú enfrenta una crisis silenciosa. En una sociedad marcada por el estrés laboral, la incertidumbre económica y un ritmo de vida cada vez más acelerado, los efectos del agotamiento mental y la soledad se hacen cada vez más evidentes. Según datos del Ministerio de Salud (Minsa), una de cada cinco personas en el país ha experimentado episodios de ansiedad o depresión, y la cifra podría ser aún mayor si se consideran los casos no diagnosticados.

Este panorama se agrava con otro factor muchas veces ignorado: el aislamiento social. Un estudio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) reveló que el 35% de los peruanos manifiesta sentir soledad con frecuencia, un problema que no solo afecta el bienestar emocional, sino que también tiene repercusiones en la salud física.

El estrés, un enemigo cotidiano

Los especialistas advierten que el estrés prolongado puede convertirse en un factor de riesgo para enfermedades más graves. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que los efectos del estrés crónico pueden derivar en problemas como:

Trastornos de ansiedad y depresión: la sobrecarga mental altera el equilibrio químico del cerebro, afectando el estado de ánimo y la motivación.

Enfermedades cardiovasculares: el estrés constante aumenta la presión arterial y eleva el riesgo de padecer problemas cardíacos.

Débil sistema inmunológico: el cuerpo es más propenso a infecciones y enfermedades cuando se mantiene en un estado de alerta constante.

Sin embargo, uno de los aspectos menos discutidos es cómo este estrés también incide en la vida social de las personas. Muchas veces, la falta de tiempo y el cansancio llevan a un distanciamiento con familiares, pareja y amigos, generando un círculo vicioso de aislamiento.

La soledad, un factor de riesgo poco visible

La soledad, aunque a menudo subestimada, es considerada por los expertos como un factor de riesgo comparable al tabaquismo o la obesidad. De acuerdo con un informe de la revista científica Sleep Health, las personas que experimentan aislamiento social tienen mayores probabilidades de sufrir trastornos del sueño y desarrollar problemas de salud mental a largo plazo.

En Perú, el impacto del aislamiento se siente con más fuerza en las grandes ciudades, donde el ritmo de vida y la digitalización han reducido el contacto humano real. De hecho, si antes era habitual que la gente se reuniera sin tener que programar citas, ahora casi todas las interacciones son a través de una pantalla.

Esta falsa sensación de conectividad solo acentúa el sentimiento de soledad y termina afectando a la autoestima, lo que lleva a la búsqueda de nuevas conexiones y experiencias exclusivas efímeras en Chimbote .

¿Cómo enfrentar el estrés y la soledad?

Si bien el problema es profundo, existen alternativas para mejorar el bienestar mental y reducir los efectos negativos del estrés y la soledad en la sociedad peruana. Los especialistas recomiendan:

Buscar momentos de desconexión: es importante establecer espacios de relajación y autocuidado, ya sea a través de la meditación, la lectura o incluso una salida espontánea.

Mantener una vida social activa: la interacción con otras personas es clave para evitar el aislamiento. Existen múltiples plataformas que pueden ayudar a generar nuevas conexiones y experiencias.

No descuidar a quienes nos rodean: además de familiares y amigos, la pareja suele ser el principal pilar de apoyo. De ahí que sea importante cuidar y trabajar el miedo a la intimidad emocional causado por el sentimiento de soledad. 

Practicar actividad física: El ejercicio es una de las mejores herramientas para combatir el estrés y mejorar el estado de ánimo.

Reevaluar prioridades: muchas veces el ritmo de vida nos absorbe y olvidamos lo más importante: nuestra salud.

Estrés y aislamiento, dos problemas que no deben normalizarse

A pesar de la creciente evidencia sobre los efectos del estrés y la soledad, el acceso a servicios de salud mental en el Perú y otros países como México, donde se da esta situación, sigue siendo limitado. Según cifras oficiales, solo el 2% del presupuesto en salud se destina a la atención mental, dejando a muchas personas vulnerables, desde oficinistas hasta trabajadoras de noche que puedes encontrar en SE México, sin acceso a ayuda médica profesional.

Los expertos coinciden en que se debe dejar de ver la salud mental como un lujo y empezar a tratarla como una prioridad. Y es que en un mundo donde el estrés y la soledad avanzan silenciosamente, reconocer su impacto y tomar medidas para enfrentarlo podría ser la clave para una sociedad más saludable y equilibrada.
 

Comentarios

Comentar