Chimbote en Línea.- En la actualidad, existen diversos problemas sociales, algunos se desarrollan paulatinamente. En esta oportunidad llevaré a cabo un análisis en donde le demostraré al joven su verdadera labor en la sociedad.
En lo que refiere a la ley del “Menor Infractor”, la cual está destinada a proteger o amparar a los menores de edad.
Este conflicto social es evidente en los jóvenes de baja autoestima ya que están expuestos a múltiples peligros debido a la edad que ellos presentan.
Hablar de este tema, es entrar en un debate, además, apoyar en su solución, nos aproxima a un paraíso en donde no existan las violencias y las injusticias. Es por ello que la delincuencia juvenil abarca diversas expectativas en donde el principal protagonista es el adolescente.
Esto es provocado por la debilidad interior de la persona, ya que depende mucho de su capacidad psicológica y fuerza espiritual, debido a que los jóvenes toman decisiones sin pensarlo y sin llevar una reflexión a cabo.
Asimismo, el entorno social permite a que la confianza del joven vaya ascendiendo, debido a que sus amistades pertenecen a un grupo de pandillaje o están familiarizados a la delincuencia.
También depende mucho de la cultura y del tipo de ideología que presente el joven, ya que este es un factor muy influyente, debido a las ideas, tradiciones o costumbres genodistas, con una perspectiva fuera de lo común, porque la mayoría de los jóvenes crecen en una familia corrompida, donde carecen los valores y la educación, que influyen en las actitudes de un joven frente a la sociedad.
En el aspecto psicológico, el joven tiene la decisión de ser lo que es, sino estaríamos hablando de un ser que conlleva al retraso social, por ello debemos estar capacitados y prevenidos con la idea de reconocer lo bueno y lo malo.
En el ámbito social, se conlleva a la formación de pandillas o grupos delictivos, fomentándose la delincuencia juvenil y su desarrollo en los jóvenes más propensos a ella; prácticamente, sería un nuevo canal de la delincuencia en donde el joven negocia con adultos malévolos para cometer sus fechorías.
Culturalmente, estas malas costumbres se propagan de generación en generación, expandiéndose a los lugares más recónditos y vulnerables del país. Forjándose así, una cultura violenta y agresiva.
En conclusión, hago un llamado a todas las autoridades para que implanten leyes más rigurosas, creen programas de apoyo y orientación a los jóvenes del mañana, aseguren el bienestar social y que permitan la evolución y el desarrollo eficaz del país.
Es momento de que los jóvenes reflexionen y tomen conciencia de sus verdaderas cualidades y propósitos de vida; que todos los problemas se solucionan con diálogo y que es mejor tener una profesión para trabajar honradamente, que tener un “trabajo” en donde sienta que en cada segundo de mi vida estaré en peligro y que no gozaré de la verdadera libertad que me ofrece la juventud.
ALUMNO: EDSON JHON PAJUELO HINOSTROZA
GRADO: QUINTO
I.E: SAN JACINTO
PROFESOR ASESOR: ALBERTO MARIANO MALABRIGO FLORES
Comentarios
Comentar