Chimbote en Línea (Regionales).- El conocido empresario casmeño Alberto Cobeñas Sernaqué de 52 años dedicado a la venta de ropa y zapatillas de marca fue asesinado esta tarde de tres balazos por dos sicarios trujillanos, quienes fueron atrapados por los pobladores y puestos en manos de la policía.

El horrendo crimen se registró a la 1.10 de la tarde en el Mercado Central de Casma. Los homicidas identificados como Luis Javier Silva Aliaga de 19 y Henry Joel Mayorga Aguilar de 18 ingresaron a este centro comercial con una mochila simulando ser compradores, pero al acercarse a su víctima sacaron sus pistolas y le dispararon a quemarropa.

El hombre de negocios venía siendo extorsionado por un delincuente conocido como “Ñato”, quien le exigía la entrega de 30 mil soles para que no atenten contra su vida y la de su familia.

Alberto Cobeñas que deja una esposa y dos hijos recibió un balazo en el rostro, en el corazón y otro en los pulmones. Todavía con vida fue evacuado de emergencia al Hospital de Apoyo de Casma, pero debido a la gravedad de sus heridas falleció instantes después de haber ingresado.

Cuando los sicarios intentaban fugarse un grupo de pobladores que escuchó los disparos logró atrapar a dos, solo uno de los sicarios escapó a bordo de una motolineal con rumbo al río Casma.

 Cabe indicar que los pobladores protestaron en el frontis de este nosocomio contra su director Federico Pulido porque no había una ambulancia para que trasladen al herido a Chimbote.

 Hace 20 días denunció extorsión

Fernando Cobeñas Sernaqué informó que su hermano venía siendo extorsionado desde hace 20 días. Un sujeto conocido como “Ñato” empezó a llamarlo por teléfono para pedirle 30 mil soles a cambio de su vida y la de su familia.

 “Alberto denunció las extorsiones en la policía, nunca imaginamos que iban a matarlo. Lo que exigimos es justicia, cadena perpetua para estos sicarios y que capturen al delincuente que los contrató”, indicó.

 Según se informó, hace seis años ganó un premio de 600 mil soles a través de la lotería Yala. (Texto y fotos Lindberg Cruzado)